Nos devuelve por vez primera desde Gran Torino en 2009 al insigne Clint Eastwood delante y detrás de la cámara y lo hace, como actor, incorporando a Earl Stone, un hombre de casi 90 años que empieza a darse cuenta de que ha sacrificado lo único que vale la pena en la vida: pasar tiempo con la gente que amas. Por el contrario, él es un octogenario solo y arruinado que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio y al que ofrecen un trabajo en el que sólo tiene que conducir. Así, sin saberlo, Earl se convierte en traficante de drogas para un cártel mexicano. Pero Earl lo hace tan bien, que su carga aumenta exponencialmente y se le asigna un controlador. Pero ese controlador no es el único que vigila a Earl, que pasa a estar bajo el radar del implacable agente de la DEA Colin Bates, interpretado por Bradley Cooper, el actor que ha debutado en la dirección con Ha nacido una estrella. Y aunque sus problemas de dinero desaparecen, los errores que cometió Earl en el pasado vuelven a la carga. Y no está claro si tendrá tiempo para corregir esos errores antes de que los agentes de la ley, o los sicarios del cártel, lo atrapen.

Clint Eastwood dirige la cinta a partir de un guion de Nick Schenk, inspirado en el artículo del New York Times Magazine Una mula de la droga de 90 años en los cárteles de Sinaloa que escribió Sam Dolnick.

Eastwood cree que lo que atormenta a Earl no son las drogas ni el hecho de que esté cometiendo un delito. Se siente culpable y no consigue deshacerse de esa carga. Pero lo intenta. «Está arruinado. Necesita ganar dinero o perderá su casa y el trabajo de su vida», observó el director. «Y cuando empieza a ganar mucho dinero, no puede resistirse a jugar al Robin Hood y hacer el bien comportándose de forma racional. Pero está en el lado equivocado de la ley, y eso es peligroso, tanto para él como para los demás».

En los últimos años, Eastwood se ha puesto muy pocas veces delante de la cámara. Pero Earl era un personaje demasiado apetecible. «Me pareció divertido encarnar a un personaje de esa edad. ¡Aunque debería decir de mi edad! Me gusta pensar que siempre estoy observando, aprendiendo, igual que Earl. A medida que cumples años te das cuenta de lo mucho que no sabes. Pero hay que seguir adelante».