Demuestra que con la imaginación como única arma, es posible encontrar valor en el lugar más inesperado y es una historia basada en hechos reales que se jacta de presentarnos a una nueva clase de héroe representado por Mark Hogancamp. Una película que no ha tenido en taquilla la respuesta que se esperaba, que ha dirigido un Robert Zemeckis que hace tiempo que dejó atrás títulos de la popularidad de la trilogía de Regreso al futuro, Forrest Gump, El vuelo, Náufrago y Tras el corazón verde.

Mark Hogancamp, encarnado por Steve Carell, es víctima de un brutal ataque que le deja sin un solo recuerdo. Nadie cree que pueda recuperarse. Sin embargo, juntando piezas de su antigua y nueva vida, Mark recrea con total meticulosidad una ciudad belga llamada Marwen, donde se convierte en el capitán Hogie, un piloto de caza de la II Guerra Mundial. Aquí, puede ser un héroe, luchar contra el enemigo y contar con sus amigos. Mientras construye una maravillosa e increíble instalación, poblada de asombrosos muñecos sumamente realistas -auténtico homenaje a las mujeres más fuertes que conoce -, saca fuerzas de un mundo de fantasía que le permite sobreponerse en el mundo real.

La noche del 8 de abril de 2000, Mark Hogancamp había quedado con unos amigos en un bar del estado de Nueva York, pero cuando llegó, ya se habían ido. Decidió quedarse a tomar algo y empezó a charlar con un joven. En algún momento de la conversación, reveló a su interlocutor algo que solía guardarse para sí mismo: el hecho de que le gustaba ponerse zapatos de mujer cuando estaba solo. Cuando salió del bar ya era más de medianoche. Le esperaban el joven con el que había hablado y cuatro amigos suyos. Los cinco hombres le dieron una brutal paliza. Cuando volvió en sí nueve días después, los médicos se dieron cuenta de la gravedad de sus lesiones cerebrales. No se acordaba de la brutal paliza.