Es la séptima película del director griego Yorgos Lanthimos, que ha sabido abrirse un camino en el ámbito internacional con una obra tan personal y compleja como discutible y brillante. Se dio a conocer en los festivales de más prestigio con títulos como Kinetta, Canino, Alps y, sobre todo, Langosta y El sacrificio de un ciervo sagrado, estas últimas con nombre de la talla en el reparto de Rachel Weisz, Colin Farrell, Nicole Kidman y Bill Camp. La que ahora se estrena en España, primera que lo hace en versión doblada, tuvo cinco nominaciones a los Globos de Oro.

Estamos en los principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra con Francia. Aun así, las carreras de patos y el gusto por la piña florecen. La frágil reina Ana ( Olivia Colman) ocupa el trono y su amiga íntima, Lady Sarah Churchill (Rachel Weisz), gobierna el país en su lugar mientras se ocupa de la mala salud de Ana y su volátil temperamento. A la llegada de una nueva criada, Abigail Masham ( Emma Stone), el carisma de esta se gana la simpatía de Sarah, que se convierte en su protectora y Abigail ve en ello la posibilidad de regresar a sus raíces aristocráticas.

A medida que la política de la guerra consume gran parte del tiempo de Sarah, Abigail llena el vacío que esta deja como compañera de la Reina. Su creciente amistad le brinda la oportunidad de cumplir sus ambiciones y no permitirá que ninguna mujer, hombre, política o conejo se interponga en su camino.

El escenario ha sido extraído de la historia real, del mundo oculto de la reina Ana de Inglaterra, la última (e históricamente más ignorada) soberana de la casa de los Estuardo quien, a pesar de ser tímida, ignorada y tristemente conocida por padecer de gota, reinó cuando Gran Bretaña se convirtió en una potencia mundial. Es a través de las intrincadas relaciones de Ana con otras dos mujeres de gran astucia y ambición -su amiga íntima de la infancia y asesora política, Lady Sarah, y Abigail, la prima pobretona de esta convertida en una criada en busca de ascenso social- que la película se sumerge en un torbellino de manipulaciones y emociones que definen la expresión «intriga palaciega».

La Favorita es la primera película de época del cineasta heleno y crea su propio universo lleno de vida. Lanthimos juega libremente con los sucesos externos del día que motivan y están al servicio de la vida interior y la política personal de sus personajes. Especulaciones aparte, nadie sabe lo que realmente ocurrió de forma verbal, física o de cualquier otra tras las puertas de la corte de la reina Ana, y menos aún en su cama. Aunque se presenta como una comedia de alcoba con consecuencias a nivel mundial, el guionista Tony McNamara, subraya que, en última instancia, es una historia de amor.