Es un intento de biografía del político y magnate italiano Silvio Berlusconi que comienza cuando se encuentra en el momento más complicado de su carrera política, recién salido del gobierno y con las acusaciones de corrupción y de sus conexiones con la mafia a punto de llegar a los juzgados. Sergio Morra es un atractivo hombre hecho a sí mismo que sueña con dar el salto de sus cuestionables negocios de provincia a escala internacional. El camino más rápido para conseguirlo es acercarse a Silvio, el hombre más poderoso de Italia. Para Sergio solo hay una manera de llamar la atención de Il Cavaliere: las fiestas, las velinas, las extravagancias y el exceso. La versión original estrenada en cines en Italia consta de dos películas: Loro 1 y Loro 2. Para su distribución en el resto del mundo se ha hecho una sola película de 150 minutos de duración (54 minutos menos que la suma de las dos partes)

Mientras Berlusconi se encuentra en la etapa más delicada de su carrera política, Sergio Morra es algo parecido, o al menos trata de convertirse, en su heredero. Son momentos en los que en Italia la política es considerada un entretenimiento. Algo «solo» de rendimiento a la larga. De ahí el personaje de Morra, testigo de Berlusconi, a los que muchos en Italia consideran muy similares. Silvio satiriza a Berlusconi, poniendo de relieve que la influencia y la autoridad presentan otros aspectos para efectuar mejores formas de hacer negocios, concretamente la trata de mujeres jóvenes, la realidad manipulada y suntuosas fiestas, yates y cocaína. La película no emite una mala opinión de Berlusconi, sino que proporciona una representación que quiere ser realista del hombre. Vemos al encantador vendedor que entiende la naturaleza humana y capitaliza este factor y sostiene que el altruismo es la mejor manera de ser egoísta, para de esta manera parecer ser bueno. El juicio final lo deja Torrentino a la esposa de Berlusconi, Veronica: «Tuvo la oportunidad de ayudar a Italia y su gente -dijo-, pero se ayudó a usted mismo en su lugar».