Es casi un acontecimiento, ya que reúne a dos de los nombres que mas han destacado en el cine español en los últimos años, el director Emilio Martínez Lázaro y el actor Dani Rovira, artífices ambos del mayor éxito en taquilla de la historia de nuestro cine, 8 apellidos vascos, y su consiguiente secuela 8 apellidos catalanes.

Ahora regresan de la mano y con la inevitable fórmula de la comedia romántica, decididos a seguir aprovechándose de su capacidad de convocatoria. Algo que hay que celebrar porque el director es uno de los más destacados artífices del género, como lo ha demostrado con anterioridad con películas como El otro lado de la cama (y su segunda parte, Los dos lados de la cama), Los peores años de nuestra vida, El juego más divertido y Amo tu cama rica.

Como dice el propio Martínez Lázaro, Miamor perdido es una comedia romántica, pero está sostenida por dos personajes protagonistas cercanos a la s crewball comedy -comedia de personajes excéntricos y singulares- y evoluciona desde el estilo más clásico, basado en situaciones y diálogos familiares para el espectador, hasta el slapstick -comedia de golpe y porrazo- de las escenas finales.

Entrando más en el argumento, nos encontramos con los protagonistas, Mario (Dani Rovira) y Olivia (interpretada por Michelle Jenner), que siempre han sido escépticos en el amor. La noche en la que acaban de romper con sus respectivas parejas se conocen y una atracción inevitable les atropella. Él es un monologuista que comienza a tener éxito y ella una actriz de teatro que sobrevive como camarera.

Cuando encuentran un gatito callejero deciden irse a vivir juntos para darle un hogar. Lo bautizan como Schrodingüer pero solo atiende cuando le llaman Miamor. Son felices pero incrédulos con el amor que sienten y un dia se plantean qué ocurriría con Miamor en caso de que rompieran, y la decisión provoca que terminen rompiendo. Miamor, harto de discusiones, se escapa. Desesperados, ponen carteles por todo el barrio con el reclamo «Miamor perdido».

Partiendo de esta base, el realizador señala que la elección del humor como principal vehículo de expresión enmascara bajo una capa de ligereza las razones últimas que mueven a los personajes, o los conflictos entre ellos, si bien aunque el drama se resuelva a través de la risa, el conflicto tiene que existir.

«Mi amor perdido -concluyó el cienasta- habla de un hombre y una mujer que han perdido la fe en la solidez de las relaciones sentimentales. Que han aprendido a temer el doloroso momento de la que ambos creen inevitable ruptura. Y que desarrollan mecanismos de autodefensa para evitar la tragedia del desenlace de su relación. Creo sinceramente que la película tiene una línea argumental original, un papel de protagonista hecho a la medida de Dani Rovira y un papel de protagonista femenino que sitúa a Michelle Jenner en una dimensión como actriz que brilla a gran altura»