Vuelve el Matteo Garrone que impactó en el plano internacional con Gomorra (2008) ahora con Dogman. Inspirada en una historia real ocurrida en Roma a finales de los 80, nos sitúa en un lugar en las afueras de la ciudad, donde la única ley parece ser la del más fuerte. Marcello vive su día a día entre el trabajo en su modesta peluquería para perros, los momentos con su adorada hija Alida y una extraña relación de inferioridad con Simoncino, un ex boxeador que aterroriza a todo el barrio. Dispuesto a recuperar su dignidad tras la enésima humillación de Simoncino, Marcello ideará una venganza que traerá consecuencias inesperadas. « Dogman no es únicamente -declaró Garrone- una historia de venganza. Tampoco es una variación del eterno tema de la lucha entre el débil y el fuerte. Pero sí es una película que, incluso con su historia extrema, nos hace enfrentarnos a algo que tiene que ver con cualquiera de nosotros: las consecuencias de las elecciones que hacemos a diario para sobrevivir, de las afirmaciones que en un momento dado hacemos y que nos llevan a no poder negarnos nunca más y de la diferencia existente entre quienes somos y quienes creemos que somos. Es por esto que considero Dogman una película universal, ética pero no moralista». El realizador quiso dejar claro, en sus propias palabras, que «hay una gran distancia entre la historia que cuento y los titulares que la inspiraron. Todo, absolutamente todo, desde las localizaciones, los personajes y su psicología se han transfigurado en la película. También quiero subrayar la importancia de haber encontrado a Marcello Fonte para el papel principal. Su dulzura y su rostro, que parece provenir de una Italia que tiende a desaparecer, ha contribuido de manera decisiva a dejarme claro cómo tratar un tema tan turbio».