Se inspira en hechos históricos y quiere ser un reflejo de la sociedad española de principios del siglo XX, representando a través de sus tramas y personajes la vida y los conflictos de la época. Más concretamente y en palabras de su director, Dani de la Torre, «es un thriller lleno de tensión y constantes giros en la trama, con gran peso de temas como el honor, la supervivencia y la lucha por encontrar el camino para lograr una sociedad más justa: conceptos tan clásicos como actuales, tan utópicos como reales». Es el segundo largometraje del director, que debutó en 2015 con El desconocido, interpretado asimismo por Luis Tosar.

Transcurre el año 1921. España vive un momento agitado y caótico: son los años del plomo, fruto de los violentos enfrentamientos callejeros entre matones y anarquistas. El gansterismo y los negocios ilegales están instalados en la sociedad. En esta situación de disturbios y crímenes, Aníbal Uriarte es un policía enviado a Barcelona para colaborar con la comisaría local de policía en la detención de los culpables del robo a un tren militar. Aníbal y sus formas no encuentran mucho apoyo entre sus compañeros y enseguida comienzan los enfrentamientos y desconfianzas con el inspector Rediú, un superior corrupto. Aníbal entrará en contacto no solo con los bajos fondos de la sociedad barcelonesa, entre ellos, con un barón alemán, un mafioso con importantes conexiones, sino también con el mundo anarquista más radical, dispuesto a todo para conseguir sus objetivos. Allí conocerá a Sara, una joven luchadora y temperamental, cuyo encuentro tendrá consecuencias inesperadas.