Es el regreso del director y guionista Daniel Monzón a la comedia, donde cosechó un éxito considerable con El robo más grande jamás contado, en una película que, además, le reúne de nuevo con Jorge Guerricaechevarría y Luis Tosar, al frente de un reparto coral que completan Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo y Toni Acosta. El propio director la define como una boatmovie en la que los personajes no sólo recorren ciudades, océanos y continentes, sino también distintos géneros como la comedia, el musical, el cine de aventuras, el drama. La cinta se rodó durante 11 semanas en tres continentes diferentes, Europa, África y América, visitando México, Brasil, Canarias, Marruecos, Madrid y Barcelona en una travesía de dos semanas en alta mar por el Océano Atlántico en un crucero real con pasajeros a bordo.

Lucas y Clayderman son dos estafadores, profesionales del engaño a turistas ingenuos en cruceros de lujo. Hace años trabajaban juntos, pero la rivalidad por Verónica, la bellísima bailarina del barco, les hizo perder la cabeza y dio al traste con su sociedad. Ahora trabajan por separado, Lucas en el Mediterráneo y Clayderman en el Atlántico. Ese fue el acuerdo. Pero un inesperado botín impulsa a Lucas a irrumpir en el barco de su exsocio, lo que convierte la exótica travesía de Barcelona a Cancún, pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la selva de Yucatán, en un encarnizado duelo de tramposos sin ninguna regla, pero muchos golpes bajos...

«Nunca pensé -señaló Daniel Monzón- en subirme a un crucero, como tampoco me imaginé recorriendo cárceles, pero cuando lo hice, descubrí que era un extraordinario espacio abonado para la ficción, un mundo aparte plagado de los personajes más dispares (y disparatados) en una comunión imposible, un pequeño universo cerrado en constante movimiento empeñado en convertirse en una burbuja de ficción para hacerle olvidar al pasajero sus preocupaciones y empujarle a ser feliz mientras dure el trayecto».

Finalmente, el director precisó que Yucatán es una comedia de estafadores, que en estos días es casi como decir una comedia documental. «Muchos de sus personajes están comidos por la codicia, una de las pulsiones que mueven el mundo. Dicen que el amor es otra. Nadie les juzga, son como son. La película embarca al espectador junto a todos ellos en esta fantasía musical por el Atlántico a la espera de que disfrute del viaje», concluyó.