Opuestas en casi todo, Claire con su exceso de responsabilidad -que casi la aproxima a la inhibición- y el espíritu libre, y Beatrice, amante de la vida, las dos mujeres aprenderán a aceptarse la una a la otra, al tiempo que la revelación de viejos secretos comenzará a recuperar los años perdidos. Esta es la realidad en la que se mueven las dos protagonistas en la que es la sexta película de Martin Provost. Claire es una comadrona de un altísimo nivel, con un talento natural para ayudar a dar a luz bebés con suavidad. Pero a medida que pasan los años, sus maneras delicadas, su noción del orgullo profesional y de la responsabilidad chocan con los métodos más modernos dominados por la eficacia de los hospitales actuales. Más cerca del final de su carrera que de su principio, comienza a poner en duda su lugar en el mundo y sus capacidades. Un día recibe una llamada telefónica extraña, una voz del pasado. Béatrice, la extravagante y frívola amante de su difunto padre, tiene noticias importantes y apremiantes y quiere verla otra vez, tras 30 años de haber desaparecido sin dejar rastro.