Se ha hecho de rogar nada menos que seis años, pero por fin ya llega a las pantallas la segunda parte de El mundo es nuestro, El mundo es suyo, que tuvo un inesperado y considerable éxito de público en las pantallas españolas, especialmente en las andaluzas. Ya nadie duda que el final de la trilogía sevillana está a la vuelta de la esquina. Lo hace con el mismo director, Alfonso Sánchez, y manteniendo a algunos de los personajes clave e icónicos, sobre todo los compadres Rafi y Fali, el primero de los cuales está interpretado por el propio realizador.

Según sus propias palabras, el director ha tratado de alejarse lo máximo posible de esa sensación de película de culto que ha adquirido en determinados medios para intentar recrear todos los hitos del proceso creativo, que no imitarlo. «El proceso de escritura del guion fue fundamental -remarca Alfonso Sánchez- para darle a los personajes la consistencia que necesitaban y crear una historia sólida, que no solo fuese atractiva para el público, sino que incluyese también la ironía, la acidez y la crítica social, marca de la casa. El casting, hecho por un servidor mano a mano con Alberto López, fue uno de los procesos fundamentales a la hora de construir la película, como ya lo fue en El mundo es nuestro. Se trataba de encontrar a las personas que mejor pudiesen interpretar los personajes que aparecen en la película, más allá de sus trayectorias profesionales o sus nombres, de su relevancia mediática, de redes sociales o de si sus nombres eran o no reclamo comercial».