Siguiendo las más estrictas normas deontológicas de Hollywood, en donde la recaudación es la llave que abre y cierra todas las puertas en materia de cine y tras conseguir unos números en este aspecto más que brillantes, Ryan Reynolds vuelve a ponerse el uniforme de un superhéroe de Marvel, Deadpool, al que ya dio vida en 2016 en el debut de lo que promete ser otra serie con origen en el mundo del cómic. Un regreso que lleva acompañado el cambio de director, de modo que Tim Miller deja paso a un David Leitch que es autor solo de dos películas, John Wick y Atómica. Lo más curioso es su procedencia, ya que trabajó más de una década como doble, doblando a actores como a Matt Damon y Brad Pitt en cintas como El ultimátum de Bourne, El club de la lucha y Sr. y Sra. Smith. Fue también coreógrafo de peleas, coordinador de los dobles y segundo realizador en películas como Hansel y Gretel: Cazadores de brujas, Lobezno, Ninja Turtles, Capitán América: Civil War y Jurassic World.

David Leitch asume la dirección de la secuela, inyectando más peligro, más estilo y más acción. En su opinión, «he tenido el honor y el privilegio de participar en la creación de varios universos, todos ellos distintos e interesantes, pero la fascinación que me provoca el universo de Deadpool es particular. Es otra forma de entender la comedia de acción. La original fue tan especial, y el mundo en sí es tan expansivo que nos da libertad creativa a la vez que nos mantenemos fieles a la original».

No hay que olvidar, por otra parte, que Deadpool fue calificada en Estados Unidos no recomendada a menores de 18 años y resultó ser la película con semejante etiqueta más taquillera de la historia con una recaudación de 750 millones de dólares en todo el mundo. También fue reconocida con la primera nominación a mejor película en los Globos de Oro para una película de superhéroe de acción real, en la categoría de mejor comedia o musical. Y Ryan Reynolds fue candidato a mejor actor.

Deadpool es, para el director, una especie de Jorobado de Notre Dame. «Está desfigurado y siente mucha empatía. Su historia es interesante. Y el actor que lo incorpora no solo encarna el papel principal, también es guionista y productor y su talento cómico es increíble. Deadpool es un terreno fértil en el que desplegar sus habilidades. Ryan Reynolds tomó el personaje de las páginas del cómic y lo ha llevado a su terreno, convirtiéndolo en su propia marca. Se crea una sinergia entre Deadpooly el propio Ryan. Sin lugar a duda él es Deadpool en la vida real, en su forma de hablar y ver el mundo, a veces coinciden. Es divertido e irreverente con un gran corazón y mucha compasión, como Deadpool».

El productor y guionista Paul Wernick afirmó que «parece que llevamos conviviendo con Ryan Reynolds toda nuestra vida. Nos abordó para que escribiéramos el guion. Nos llevó cinco o seis años, fue duro, hasta conseguir finalmente hacer la película y la hicimos con todo nuestro cariño. Esta clase de experiencias se dan en el cine independiente o con películas pequeñas que no consiguen financiación. Deadpool es un caso aparte».

En relación con el tema de cómo elaborar una secuela, David Leitch apuntó que tienes que ser fiel al material y al guion. «El guion de Ryan, Rhett y Paul -dijo- tiene identidad propia. Al contar la historia, era importante ser fiel a esa esencia, y luego al ADN de la franquicia original que gozó de tanto éxito. Está la sátira, y la irreverencia de una comedia no recomendada a menores de 18 años y luego la acción extravagante. Y claro que como realizador tienes que encontrar tu voz y llevar la película a tu terreno. Ese es el gran reto, no provocar rechazo en el público. Dada mi experiencia, la gente puede esperar que llevemos la acción al límite y hay que estar a la altura de estas cosas. Este es el rompecabezas que tienes que descifrar. Este proceso de dirección requiere tomar decisiones atrevidas, arriesgar y provocar. ¿Qué universo te da esta libertad sino el de Deadpool?».