El origen de la palabra Fondillón viene de fondo. Fondellol en valenciano. El lingüista Roque Barcia en su diccionario etimológico dice: Vino rancio de Alicante. Vino que queda en la cuba antes de volver a rehenchirla. La forma jerezana para este concepto de crianza es solera. La primera vez que encontré la palabra fondellol escrita fue gracias a la primera edición del Dietari de Pere Joan Porcar que mi querido amigo el profesor Vicent Escartí me regaló en los años 90 y el doctor Lozano culminó en 2012. Porcar, un clérigo valenciano del siglo XVI, utiliza el término fondellol para referirse a la solera y reserva en caudales monetarios que tenia que tener la iglesia. En este delicioso texto titulado «Coses evengudes en la ciutat y regne de València 1585-1629» Porcar sostiene que no se debía gastar la totalidad del cepillo en los pobres sino que había que guardar siempre una parte y escribe: «la Església havia de tenir fondellol i no havia de gastar tot lo que podía».

De la misma manera, los arquitectos utilizan el término solera para referirse a los cimientos de un edificio, la palabra fondillón también significa base sólida o fundamento.

La solera se compone de una parte sólida, producto de años de precipitación de la materia colorante y de otra líquida que es el vino en si mismo.

El pueblo llano utiliza otro sinónimo para referirse a nuestro gran vino, me refiero al de «madre» que tantas veces hemos escuchado a nuestros mayores. La madre del vino es la solera o fondillón que permanece en el tonel y que trasmite sus características al vino nuevo que le llega encima tras el relleno. Por eso es tan importante respetarla y tener una buena praxis en la bodega con rehenchidos cortos y anuales utilizando otras soleras más jóvenes pero lo más parecidas posible que alivien a la madre, solera o fondillón de un esfuerzo que desvirtúe su personalidad. Entonces tendremos un Fondillón excelente.