Hace la número 21 de las películas del veterano realizador Fernando Colomo, que debutó en 1977 con Tigres de papel y que nos ha regalado algunas de la comedias más divertidas y entrañables de las últimas décadas. En La tribu la música y el baile son algo más que el telón de fondo de la historia, son el origen de la misma. Todo partió del hecho de que al solicitar a sus alumnos del curso de guion de la Universidad Pompeu Fabra que le trajeran un ejercicio no escrito sino filmado, uno de ellos le trajo un baile, grabado en una academia de Badalona, en el que ocho mujeres de mediana edad se mostraban llenas de entusiasmo y vitalidad al practicar un ejercicio de streetdance reservado normalmente para cuerpos más jóvenes y atléticos. Colomo pensó que una imagen vale más que mil palabras y que ahí había una historia digna de ser contada.

Virginia (Carmen Machi), limpiadora de profesión y streetdancer vocacional, recupera al hijo que dio en adopción: Fidel (Paco León), un ejecutivo que lo ha perdido todo, incluida la memoria. Junto a Las Mamis, el extravagante grupo de baile que forman las compañeras de Virginia, madre e hijo descubrirán que a pesar de venir de mundos muy diferentes, ambos llevan el ritmo en la sangre.

«Y nos pusimos -recordó Colomo- manos a la obra. Asistimos a clases para verlas en directo y mantuvimos charlas con todas ellas. Se trataba de mujeres trabajadoras (enfermeras, limpiadoras, taxistas) que utilizaban el baile como una forma de terapia y relación. Algunas habían conocido la escuela po que llevaban a sus hijos por las tardes y se quedaban esperando, otras por su propia intuición». Luego vino la parte de ficción ya que el propósito no era hacer un documental sino crear una historia original que tuviera, eso sí, una base real. Y aquí trabajó con su colega Joaquín Oristrell y con Yolanda García Serrano en una historia de encuentro madre-hijo y de «pez fuera del agua».