Atesoran veinte años de carrera y posiblemente estén en en su mejor momento tras el lanzamiento de su décimo disco, Diez, que ha vuelto a colocarles en el olimpo del pop independiente estatal. El sábado 18 de noviembre actúan en Stereo Alicante con la banda de post-rock Dûrga. Hablamos con el guitarrista mutante Andrés López.

¿Qué ha supuesto Diez

Para nosotros Diez ha supuesto un reto importante. Afrontar la grabación de un décimo disco es algo que produce una mezcla de excitación brutal y de absoluto vértigo. En lo musical, sentíamos la necesidad de volver a un sonido más crudo, más eléctrico, con más garra. En lo personal, ha habido dos hechos que han marcado este disco. Uno fue el regalo de Mutanciones, un disco en el que 24 bandas hacían versiones de canciones de toda nuestra discografía y que culminó en un concierto en la Riviera. Todo aquello fue algo inolvidable que nos hizo estar en deuda con muchos amigos y compañeros a los que admiramos. Aunque nos hicieran sentir un poco viejunos? Poco después de aquello tuvimos una discusión que se salió de madre y por poco acaba con la banda. Pasamos de sentirnos como en una nube a estar hundidos en el fango en apenas una semana. De aquella crisis aprendimos que la música es lo que nos hace sentir más unidos, y en parte es un sentimiento que sigue estando presente desde entonces. La crisis está totalmente superada. Diez es algo parecido a un buen polvo de reconciliación.

La salida del disco casi coincidió con la temporada de festivales, ¿cómo encaráis la gira por salas ante un público más conocedor de vuestra carrera que el habitual en festivales?

Festivales versus Salas, qué gran dilema para todos los periodistas y/o críticos musicales. Para los músicos, me temo que no tanto. Sabemos ver lo bueno (y lo malo) que hay en cada uno de ellos. En nuestro caso, como dices, presentar el disco en festivales ha sido maravilloso. La gente recibe tu música con un talante mucho más festivo y eso sienta bien cuando acabas de sacar un disco del que te sientes muy orgulloso. Pero no negamos que estábamos deseando presentar Diez en las salas, delante de un público que sabes que está ahí para disfrutar contigo y con tus canciones. La música nace y se hace en salas, ahí está la esencia.

¿Cómo ha sido trabajar con León Benavente en la producción? ¿Ha habido cierta fusión de estilos?

Como he dicho antes, queríamos volver a sonar contundentes, era algo premeditado. A la hora de buscar con quién hacerlo, decidimos que Boba y César era el tándem perfecto. Su trayectoria les avala, ahora son conocidos como miembros León Benavente, pero tienen un bagaje importante a sus espaldas trabajando con gente como Julio de la Rosa, Schwarz, Nacho Vegas, La Buena Vida, etc. Necesitábamos sacar músculo y ellos han sido los perfectos personal-trainers. Teníamos claro lo que queríamos y ellos tenían claro cómo conseguirlo. Aparte de León Benavente, nunca habían trabajado juntos como productores, y eso también nos gustaba, para ellos también suponía un reto. Por encima de todo esto nos une una amistad y una admiración mutua que viene de lejos y sabíamos que nos íbamos a entender bien. Podemos afirmar rotundamente que el resultado superó nuestras expectativas. Más que fusión de estilos ha habido fusión de mentes.

Diez suena más enérgico que anteriores trabajos, hay más rabia en lo musical pero no tanto en las letras...Diez

Respecto a las letras, en anteriores trabajos venían muy marcadas por la situación de crisis política-económica-laboral-moral-existencial que nos rodea, una jodienda que te hace estar siempre cabreado. Miramos hacia fuera y nada de lo que veíamos nos gustaba. En este disco, Juan Alberto (que es quien escribe principalmente las letras) ha mirado más hacia el interior. Los textos son más introspectivos, pero no creo que eso los convierta en menos rabiosos? Ahí está Menú del Día, una narración crítica y realista de la vida que llevamos el común de los mortales, una enajenación brutal que nos impide disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Nos estamos convirtiendo en un ejército de hormigas.

Nunca ha habido mutaciones radicales en el grupo, lo vuestro parece un cambio tranquilo, continuado ... ¿hasta dónde? ¿os veis dentro de otros veinte años?

No sabemos vivir sin música, somos unos yonquis de la música, es lo que nos hace sentir bien y dudo que dentro de 20 años deje de ser así.