Las fechas acompañan días de reflexión, seguro€ pero ante todo días de cambio. El importado Halloween viene a ser como las orejitas y el morrito que le ha dado a todo el mundo por ponerse en fotos€ todavía me alucina el asunto de que la gente, de todas las edades y condición, se ponga a tiro de las dichosas fotitos€ y, como si fuese el juego aquel del cubo de agua helada, les da por «torturarnos» a todos con semejante situación, así que no me extraña que el disfraz sea la excusa perfecta para transformarse en calabaza o mismamente olvidársela con los ratoncitos en el palacio de cristal y príncipe azul plantado en puerta.

Digamos que yo soy más de Feria de Todos los Santos, y que me quedo con Concentaina, donde hasta el día 5, lunes para más datos, puedo ir a comerme unos embutidos caseros de rechupete, pasear entre murallas medievales o disfrutar con miles de colores, juegos, pendones, puestos y gente que hace tiempo que no ves. Y por en medio visitar a Natxo Selles, el Nou Raspa o la Fusteria. Tanto como los atardeceres entre almenas y sombras de los castillos de Villena, Biar o el mismísimo Templario de Lorcha, donde patos, pozas, otoño y gazpachos al calor de un buen café de pote hacen resurgir hasta del otro lado del «Hades». El dress code para la ocasión, sin duda es el del misterio, lo gótico, el negro, el rojo como oposición y unos toques de druida que en El Secreto de Marrowbone se alternan con ese gusto de «Rebequita» y twin set de los cincuenta, si os fijais bien recurso del dire, Sergio Sánchez, para trasladarnos a «los Pajaros» con la bella Tippi Hedren y su cándida belleza de la época ante el miedo atroz. Y sigo€ sin duda hay un «castillo» para quedarse.

Ese es el Paradise Urban Hotel. Un gran descubrimiento este hostel de monacal lujo y diseño en el centro de Alicante. Enfrente del ADDA, perfecta opción para turismo cultural, es bellísimo su jardín, su desayuno en la terraza de ese patio de ciudad lleno de arboles y paz en medio del bullicio o ese palazzo de estilo modernista interior que de finales de principios del siglo XX hasta ahora ha sido una joya de la ciudad. Por no hablar de que si nos vamos un poco de gira , estos días se impone una comidita de caldero de Santa Pola en La Arroceria la Cadena, después de ese «Paseo por las Nubes» entre las playas y alas delta del Carabassi. Ermita bella donde las haya, la Virgen del Carmen transita entre los ojos de los turistas, los pescadores aficionados, los jóvenes buceadores y un mar de niños que inundan sus salvajes calas y pequeños campos de pinos, olor de Mediterráneo de otoño que inunda el alma. Este mismo sábado si lo tuyo es correr, el Rally La Nucia-Mediterraneo Trofeo Costablanca es tu opción para un sábado de velocidad y estilo Carlos Sainz. Por no hablar de ese vicio llamado teatro. Si la Lupe ya lo usaba en sus coplas, ahora yo quiero reivindicar su necesidad vital.

La Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos nos trae No hay papel con Ángeles Martín a la cabeza en el Arniches este sábado para ir abriendo boca. Y para cerrarla, no te puedes perder dos cositas el domingo. La Media Maratón de Pinoso y para cuando te agotes la Cata Maridaje del mismo medio día en el Araomai, el gastrobar más fashion de la zona con la chef Olga Anikina. Y si quieres más madera, la tarde no puede ser más increíble al atardecer en esa carretera que atraviesa los campos de uvas y viñedos.