Aclamado sin reservas por la crítica especializada, Transilvania, el quinto disco de Josele Santiago sin Los Enemigos, nos trae a un escritor de canciones en su mejor momento. Una obra mayor y una notable ampliación del registro expresivo de un artista con un discurso genuino. Mañana regresa a Alicante para presentar en la sala Stereo su nuevo trabajo.

Nos tenías acostumbrados a tus discos en solitario cada dos años desde 2004, pero en Transilvania han pasado seis años respecto a Leciones de vértigo, ¿hay alguna razón más allá de que en medio nos llegó TransilvaniaLeciones de vértigoVida Inteligente

No, esa es la única razón. Teniendo en cuenta que prácticamente todo el material de Los Enemigos lo escribo yo tampoco está mal. De no ser por una lesión de cervicales que me tuvo fuera de juego todo el invierno pasado y nos obligó a retrasar la salida de Transilvania hasta septiembre, hubiera cumplido mi media habitual con precisión milimétrica.

Si alguien me diera a escuchar los últimos discos de Los Enenigos y de Josele Santiago sin ver las carátulas, me costaría saber cómo vienen firmados. Cada vez distingo menos la personalidad de Los Enemigos, para mi son todos discos de Josele, ¿te lo han dicho alguna vez, te lo has planteado?

No sé, yo creo que Los Enemigos tenemos un sonido muy personal y reconocible al instante. De hecho, yo no tengo que hacer nada especial cuando escribo para ellos. Simplemente les muestro las canciones y para cuando llegamos al local ya están sonando a Enemigos.

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Bueno, intento que cada canción sea mejor que la anterior que haya escrito, aunque naturalmente que no siempre lo consigo.

En las letras de este disco hay muchas influencias de libros y películas: Casavella, Verne, Spotlight

Todo puede servir, intento tener siempre la antena puesta. Una conversación en un bar, un pasaje de un libro, un diálogo de una película, una fotografía, una forma especial de mirar... La chispa que prende una canción puede encontrarse en los sitios más inesperados.

En cualquier caso, el disco creo que destila un tono muy severo, grave, algo malhumorado, de cabreo con la realidad. Tus textos nunca han sido triviales pero ahora se percibe más pesimismo que nunca.

Seguramente... No me gusta nada lo que veo en lo que llevamos de siglo. La avaricia arrasa con todo a su paso. La especie humana se comporta de manera muy estúpida. Somos arrogantes, egoístas y tremendamente irresponsables. La desigualdad es brutal y la naturaleza está a punto de colapsar por nuestra culpa. Lo único que importa sigue siendo hacer dinero rápido. Voy con frecuencia al bosque y cada vez está peor, apenas se encuentra uno ya con animales salvajes...

¿Sigues viviendo en Cataluña? ¿Hay algún reflejo de la actual situación en tus canciones? ¿Esta frase hemos de tomarla en su literalidad: «Maldigo vuestra podrida nación, sois una puta infección...», a quiénes te refieres?

Esos versos están escritos mucho antes de que estos tristes sucesos ocurrieran. De todos modos a veces al descontextualizar un verso de una canción se le cambia todo el sentido. Tiene mucho peligro, esto. Pero no es el caso: Efectivamente, Ángel intenta retratar un cabreo monumental, uno de esos días en los que uno se avergüenza de pertenecer a la especie humana. Y propone el exterminio total como única solución posible.