Cuenta las aventuras de una familia fuerte, excéntrica y muy unida y es una historia sobre el amor incondicional que ha dirigido Destin Daniel Cretton, responsable de una obra integrada por tres largometrajes, I am not a hípster, Las vidas de Grace y la que ahora se estrena. El castillo de cristal está basada en el libro de memorias de Jeanette Walls y su protagonista es Brie Larson, que ganó el Óscar en 2015 a la mejor actriz por su papel en La habitación. Incorpora el papel de una joven que, influida por la naturaleza alegremente alocada de su padre profundamente disfuncional, encontró la feroz determinación para labrarse una vida de éxito en sus propios términos. En el reparto también están Woody Harrelson, Max Greenfield y Naomi Watts.

Es difícil encontrar hoy en día un relato como el de la columnista de cotilleos de famosos Jeannette Walls, pero el caso es que millones de lectores conectaron con sus memorias. En el libro, Walls desveló un secreto que guardaba con sumo celo desde hacía mucho tiempo sobre su infancia: una educación extravagantemente gótica, entre la pobreza, el desastre, la rebelión y el aislamiento de la sociedad. Pero tal vez lo más asombroso del libro de Walls, por desgarrador que resultara, era la sensación de profundo amor familiar, un amor tan inmenso y mágico como extraños e inexplicables eran sus padres. Le permitió convertir su juventud en una gran aventura y en un viaje hacia la redención. Alternando momentos de hambre y crisis con mágicas noches estrelladas, Walls descubrió toda la luz y la oscuridad del mundo. El libro irrumpió con fuerza en la escena literaria y pasó varios años en las listas de los más vendidos, cautivando con su apasionante historia de un clan familiar nómada que vive según las reglas un tanto irresponsables de sus padres pero aun así defendidas con fervor por los mismos.