Los aficionados al rock que navegan ya por la cincuentena dificilmente olvidarán la irrupción en la escena musical, allá por el año 1978, de una banda que fue todo un soplo de aire fresco, que no se casaba con los grupos nuevaoleros y punks del momento ni con los denostados dinosaurios del rock. Su propuesta se basaba en un sonido único de guitarras y en dos canciones, tan pegadizas como sobresalientes como Sultans of Swing y Lady Writter, que subyugaron a millones de aficionados, incluidas en aquel disco homónimo que también empaquetó temazos como Down to the Waterline o Water of Love. Eran los Dire Straits, cuatro escoceses, dos de ellos hermanos y artífices de aquel peculiar sonido de guitarras: Mark Knopfler y David Knopfler, más John Illsley al bajo y Pick Withers a la batería. Se disolvieron en 1995 y dejaron una puñado de espléndidos discos que les hizo ganarse un lugar especial en la historia del rock.

Tras el disco Dire Straits vinieron otros trabajos de estudio: Communiqué, Making Movies, Love Over Gold, Brothers in Arms y On Every Street, en los que la banda fue modulando su sonido inicial y cambiando de forma notable sus planteamientos y la formación original, pues hasta una decena de músicos han pasado por el paraguas de la banda. A diferencia de tantos grupos, los Dire Straits nunca volvieron a juntarse, pero como grandes del rock, los tributos y homenajes eran un filón que a algunos musicos no se les podía pasar por alto. Y ese hueco lo llenan ahora Brothers in Band, formación que anoche llegó al Teatro Principal de Alicante y hoy ofrecerán su segundo show bajo el epígrafe The Very Best of Dire Straits, un espectáculo que combina lo mejor del extenso repertorio de la banda de Mark Knopfler, tanto de sus grabaciones de estudio como de directo. Desde el sonido limpio y cristalino de Down to the Waterline de 1978 hasta el mítico riff de Money for nothing, pasando por temas como Telegraph Road, Lady Writer, So Far Away, Love Over Gold, Tunnel of Love, Romeo & Juliet, Sultans of Swing y un larguísimo etcétera. En este show Oscar Rosende es el altr ego de Mark Knopfler. «Su voz, su postura, sus gestos, su expresividad y sobre todo su espectacular forma de tocar la guitarra nos muestran al Knopfler de una época pasada que ya no volverá, aquel que nos llevaba de la mano con melodías que yapertenecen a la memoria colectiva, aquel que nos dejaba asombrados con la velocidad de sus manos y su tan personal forma de tocar la guitarra», explica la promotora.

Entradas entre 30 y 45 euros