Fue muy elogiada por la crítica, especialmente por la interpretación del veterano Pierre Richard, que incorpora a un septuagenario que descubre los placeres de internet, y fue definida como una comedia fresca que nos enseña que en el amor y en la seducción no hay límites de edad. Es solo la tercera película del director Stephane Robelin, que previamente dirigió Real Movie en 2004 e Y si vivimos todos juntos en 2011. En su nuevo largometraje vemos que Pierre, viudo y jubilado, no sale de su casa desde hace dos años. Descubre los placeres de internet gracias a Alex, un joven contratado por su hija para enseñarle los rudimentos de la informática. En una web de citas, una joven encantadora, Flora63, seducida por el romanticismo de Pierre, le propone una primera cita. Enamorado, Pierre revive. Sin embargo, en su perfil ha puesto una foto de Alex en lugar de la suya. Pierre debe convencer al joven para reunirse con Flora en su lugar.

En la rueda de prensa que el director sostuvo tras el estreno de la cinta, los críticos se sorprendieron, sobre todo, de que en momentos en que predomina el culto a la juventud él optase por un protagonista de más de setenta años. «Las personas mayores -señaló- me conmueven. Me encanta inventar historias sobre ellas. Cuando somos mayores, todo se complica. Hay que superar etapas, encontrar soluciones, ¡luchar en definitiva! Para mí, es la definición del héroe que debe combatir y aceptar una serie de cambios. Me encantó escribir en su día ¿Y si vivimos todos juntos? mi última película. En ella se mostraba a un grupo pequeño de septuagenarios que, a pesar de sus "pupas" y enfermedades, en lugar de sentirse enclaustrados en una residencia de ancianos, decidían vivir, como adolescentes, en comunidad. Creación del guion y los diálogos, rodaje y gira promocional? tengo un recuerdo muy bueno».

Sobre el sentido de la cinta, Robelin dijo que En lugar del Señor Stein es una manera de jugar la prórroga y abrir el juego sobre los encuentros intergeneracionales, ofreciendo a Pierre la posibilidad de una pareja. De aquí la idea de un cara a cara entre un hombre mayor y un joven que podría ser su nieto. «Quizá hay en ello una reminiscencia de mi infancia. Tuve la suerte de conocer a cuatro de mis bisabuelos. De niño, les vi mucho, me aportaron mucho, y después, en mi adolescencia, cuando comencé a adquirir independencia, ellos empezaron a perderla».