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Hong Kong living

Hong Kong living

Verano de 2017 y emprendiendo una gran aventura. Hoy hace ya siete cumplidos años que según Facebook empecé eso de la vida digital con ellos; vaya una bonita manera de decirme que mis redes sociales, reventadas de amigos y gente que quiero o me quieren (aunque sea solo por este medio y muy lejos algunos...), son una gran forma de tener un verdadero casi avatar. Jesús Navarro, mi querido hombre del Goya y las especies, que es hoy un curioso lector avezado y un buen escritor en ciernes... Jesús decía con todo lujo de detalles que la vida se escapa, que un minuto no vuelve y que una sonrisa no se repite tan a menudo. Que ese ADN que nos dio el hambre de respirar con denuedo, es un lujo que desconocemos en profundidad. Pues sí, tienes razón, querido amigo. Y vuelvo a repetirlo, se me escapa cada instante solo de pensar todo lo que queda por hacer, por vivir, por ver... Esta página es para eso, para sentir, gozar, bailar, ser, amar, querer, disfrutar, saborear, levitar incluso como Santa Teresa de Jesús por un postre, un dulce de Torreblanca, unas gambas de Dénia, un arroz en el Varadero o en el Santi, una vino de nuestra tierra, aroma de caracoles, zumo de Monastrell o el jamón que acabo de probar en pleno Hong Kong de pura vida española.

Aquí en la tierra de los edificios eternos, las alturas imposibles y la vida 24 horas entre luces de neón y fideos, olor a Dim Sum mezclado con hamburguesa y jazmín, incienso de dioses y cultura por doquier... aquí he descubierto que somos unos verdaderos Marco Polo. En medio del Soho, en una tienda increíble, me encuentro zapatos de Elda, si de Elda, entre piezas de grandes nombres de la moda que ocupan calles enteras. Edificios de marcas enteras, locura de Armani hasta en la sopa mediante, mis zapatitos son un lujo. Como el arroz de Alicante, por aquí se pirran por María José San Román o por Quique Dacosta hasta la locura. En la flota de mis amigos de Myacht, que ya acarician la Volvo con amor ( hará escala de 15 días aquí después de Alicante, en enero) se piensa ya en el menú con pasioón, y acarician la idea de ofrecer el futuro de mi tierra a cada visitante ilustre que nos pise. Y desde aquí, a punto de parecer Lost in Translation por el cambio horario salvaje, se lo que haré a la vuelta. No me pienso perder el Juke Box, donde bailaré hasta perder la conciencia con la música oldie de Los Golfos del Ragtime, The Red Velvets o Lady Cherry en las Cigarreras de Alicante. Id preparando los modelazos que yo me llevo lo más de aquí, de la tierra del Sol Naciente y el Neón de Budha, a tope... aunque iré a visitar a mis chicas de Evonhe para que me dejen tan mona como siempre, gozándola, y calentaré motores en el Nou Vivaldi de la mano de Antonio Laso, que sigue siendo lo más de lo más.

Pero mientras este viernes, despues de que la mítica Byblos nos hizo vibrar durante casi diez temporadas, vuelve la música al centro de la ciudad. Señores y señoras se abre Maluka, de la mano de Pili y José, dos clásicos de la movida alicantina, surge un espacio increible decorado por Nacho Moscardo, que será me dicen como una casa de diseño por dentro. Habitaciones, espacios, una especie de decorado de cine increíble para pasar noches dance como nunca. Vuelve ese sonido que nos hacía bailar hasta el amanecer en un espacio emblemático y lleno de recuerdos, y qué recuerdos. Una década entera de nuestras vidas que hoy se renueva para hacernos volver a vibrar de musicón. José Rives o Laura Veyker, Tony Morales y el curioso Basstianz amenizan una noche loca loca loca... Ahora bien , el día también me parece imprescindible. Estos días no faltaría jamás a vivir la mañana de una isla que apura su temporada. Tabarca esta de moda más que nunca. Sus calderos, sus dos hotelitos, sus posadas privadas y esa agua mundialmente reconocida, son únicos. Tenemos la suerte de tener esta isla en nuestras manos, cerca de nuestra costa, y os recomiendo pasar un día entero disfrutando de bucear a pulmón con doradas, brotolas, pargos, meros y todo lo que abunda bajo sus claras aguas de escándalo... sumergirse en ese Mediterráneo limpio y lleno de vida es un bautismo único. Es curioso que no para de hablarse de esta isla en los ultimos días, tengo amigos por todo el mundo que me han preguntado por ella. Ahora que lo ecológico es la pera limonera, esta isla es un privilegio único. Y poco lo sabemos apreciar.

Junto a ello, para un fin de semana que apura agosto, el último, solo os diré que no dejéis estar una buena puesta de sol de compritas, un gin tonic y unas alpargatas en ristre por la bella Altea. Qué mejor que despedir el verano desde lo alto de la iglesia y con una cena esperando en el famoso Osteau, por ejemplo. Desde aquí, os deseo un final de agosto increíble. Pondré una buena leyenda sobre el pebetero del Budha de Lantau, donde creo que se ve hasta el fin de la historia y el mundo con deseo. Hasta la semana que viene. Danzad, danzad, malditos... diría Sydney Pollack.

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