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La La Land

La gran favorita de los Óscar

La gran favorita de los Óscar

Se ha situado ya como la gran favorita de este año de los Óscars, fruto de su éxito sin precedentes en los Globos de Oro, donde ha superado el record de Alguién voló sobre el nido del cuco, conquistando el pleno por vez primera en la historia de sus siete nominaciones, una más que la cinta que interpretó Jack Nicholson. Nos lleva por un recorrido musical a través del romance que cambiará la vida de un pianista de jazz y de una actriz en ciernes y es un canto al glamour y a la emoción del cine clásico, una carta de amor a Los Ángeles, ciudad de los sueños eternos, y también un romance moderno que reúne a Ryan Gosling y a Emma Stone a las órdenes del realizador Damien Chazelle.

La historia empieza en la autopista de Los Ángeles. Aquí es donde Sebastian conoce a Mia, gracias a un desdeñoso claxon en medio de un atasco que refleja a la perfección el estancamiento de sus respectivas vidas. Los dos están centrados en las esperanzas habituales que ofrece la ciudad. Sebastian intenta convencer a la gente en pleno siglo XXI de que les guste el jazz tradicional y Mia solo quiere acabar por una vez una prueba de casting sin que la interrumpan con un «gracias por venir». Ninguno de los dos piensa que su inesperado encuentro les llevará por un camino que jamás habrían podido recorrer solos.

Los dos protagonistas dan un gran salto el uno hacia el otro y hacia sus mayores sueños artísticos, creando el mundo de La ciudad de las estrellas, que a través de la iluminación, el color, el sonido, la música y las letras pretende transportarnos al éxtasis de la felicidad que todos buscamos... y al dolor de las pasiones que nunca se olvidan. A pesar del riesgo que esto implica, la película es un claro homenaje por parte de Damien Chazelle a las leyendas del cine musical, dentro de una historia moderna llevada al terreno más íntimo, el de las relaciones amorosas, los sueños y la encrucijada en la que se toman decisiones que transformarán el destino de cada uno. Todo lo anterior se plasma en la gran pantalla en un universo real y mágico a la vez. «Quería hacer una película -dijo el director- acerca de dos soñadores, dos personas impulsadas por unos sueños tremendos, sueños que les unirán y que también los separarán. «La La Land es muy diferente de Whiplash, pero las dos películas tratan un tema que me interesa mucho personalmente: la manera de equilibrar la vida personal con el arte, los sueños con la realidad y, más específicamente, cómo equilibra el artista sus relaciones con el arte y otras personas. En esta ocasión he querido contarlo a través de la música, de canciones, de bailes. Creo que el género musical es un gran vehículo para expresar el juego de malabarismos que representan los sueños y la realidad», señala el director.

Para conseguir un híbrido de ideas innovadoras con formas clásicas, Chazelle se rodeó de un grupo de colaboradores que ayudó con sus ideas. Además de los productores Fred Berger, Jordan Horowitz y Marc Platt, contó con el apoyo del compositor Justin Hurwitz, con el que ya empezó una asociación creativa en las películas Whiplash y Guy and Madeline on a Park Bench, y entre ambos crearon un universo musical totalmente nuevo; los letristas Benj Pasek y Justin Paul, especializados en musicales de Broadway nominados a los Tony y a los Emmy, y a los que suele llamarse los Rogers y Hammerstein del siglo XXI; el productor ejecutivo musical Marius de Vries, que se ocupó de la dirección musical de Moulin Rouge y compuso la música de Romeo y Julieta de William Shakespeare, ambas de Baz Luhrmann, y la coreógrafa Mandy Moore, que ha acercado la danza contemporánea al gran público en televisión.

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