Es el indiscutible acontecimiento cinematográfico de los últimos tiempos, la película más esperada por millones de espectadores de todo el mundo que han hecho de la serie Star Wars un auténtico icono del séptimo arte. Por fin, nueve años después de que se estrenara la anterior cinta de la saga, Star wars. La venganza de los Sith, nos llega el séptimo episodio de la misma, Star wars. El despertar de la fuerza, que pretende demostrar no sólo que su capacidad de convocatoria no se ha resentido, sino que se ha incrementado con el paso de los años. Aunque George Lucas, productor de toda la serie y director de cuatro de los siete títulos rodados hasta ahora, ha renunciado a ponerse detrás de la cámara, su espíritu y su forma de hacer las cosas sigue plenamente vigente. Y seguirá así hasta que culmine definitivamente un proyecto que todavía espera sus dos últimas secuelas, Star wars. Episodio VIII, que dirigirá Rian Johnson en 2017 y Star wars. Episodio IX, prevista para 2019 con Colin Trevorrow (el responsable de Jurassic World) en la dirección.
Todo empezó en 1977 cuando la cinta La guerra de las galaxias se erigía en uno de los títulos más rentables de la historia del cine, pulverizando todos los records. La espléndida combinación de efectos visuales soberbios, espectaculares secuencias de accióna bordo de naves espaciales y un argumento fascinante heredero del mejor cine de aventuras caló de lleno en un público que de inmediato erigió a sus protagonistas en auténticos héroes. De este modo, nombres como Han Solo, Luke Skywalker, la Princesa Leia, Ben Obi-Wan Kenobi, Chewbacca, los robots R2-D2 y C-3PO y el siniestro Darth Vader, entre otros, forman parte hoy de ese olimpo nutrido de los más admirados personajes del cine y de la fantasía, deudores de imborrables momentos de ocio de varias generaciones.
La peculiaridad de la serie, por otra parte, es que no se ha rodado en orden cronológico, de modo que el primer episodio, La guerra de las galaxias, es en realidad el cuarto, mientras que el verdadero comienzo lo marca Star wars. La amenaza fantasma, firmada en 1999 por el propio Lucas. A renglón seguido, siguiendo la cronología de la historia, vendrían Star wars. El ataque de los clones, realizada por Lucas en 2002 y Star wars. La venganza de los Sith, que rodó Lucas en 2005. Es entonces cuando hay que encajar los films de la trilogía original, es decir La guerra de las galaxias (1977) y sus dos entregas posteriores, El Imperio contraataca (1980), de Irvin Kershner y El retorno del Jedi (1983), de Richard Marquand.
Envuelta en un ambiente de secretismo total, la productora Disney no sólo ha adelantado poco del argumento de Star Wars. El despertar de la fuerza, sino que firmó un compromiso total de silencio con actores y técnicos respecto a cualquier dato vinculado a la trama o a los personajes. Algo que en estas dimensiones apenas tiene precedentes en la pantalla. Era un forma de crear mayores alicientes, si cabe, ante la presentación el 18 de diciembre en todo el mundo de la película más esperada y anhelada del momento. De todos modos, siempre hay alguna grieta en estos empeños y con eso y con la capacidad de fantasía de verdaderos eruditos de la saga se han confeccionado sinopsis más o menos fieles al original.
Han pasado más de treinta años desde la caída del Imperio Galáctico, derrotado por la Alianza Rebelde, a pesar de lo cual la galaxia se encuentra todavía en guerra y no ha acabado con la tiranía y la opresión. Ha surgido una Nueva República, aunque su gobierno es frágil, un mero títere. Aprovechando la inestabilidad del sistema político y las diferencias de las diversas corrientes republicanas, un misterioso guerrero, Kylo Ren, sube al poder y amenaza la paz galáctica. El siniestro Ren lidera la Primera Orden, una fuerza leal a la memoria de Lord Vader y Palpatine, surgida de las cenizas del Imperio Galáctico. Su objetivo es crear un nuevo ejército y completar una nueva Estrella de la Muerte, ultra-potente, que ponga en peligro el equilibrio de la Fuerza.
Frente a este despertar amenazante, muchos de los héroes de antes, Leia, Han Solo, Chewbacca, R2-D2 y C-3PO, todavía activos, luchan en la resistencia. A ellos se les unirán nuevos personajes. El soldado imperial Finn, arrestado en una celda de prisión, conocerá a Poe Dameron, piloto enviado por Leia para una misión importante. Este soldado de las fuerzas de asalto tiene en su poder un arma legendaria: la espada de luz que una vez perteneció a Anakin Skywalker. Poe y Finn se las arreglarán para escapar.
Los fugitivos acabarán en el planeta desierto Jakku. Allí, se encontrarán con Rey, una joven que lleva consigo una espada láser y que va acompañada de un droide conocido como BB-8. Este encuentro cambiará sus vidas y les embarcará en un intenso viaje para encontrar al guerrero más poderoso de la galaxia, el Maestro Jedi Luke Skywalker. Además, durante su aventura deberán enfrentarse a la Capitán Phasma de la Primera Orden, que lidera una tropa de asalto en búsqueda del desertor Finn. El objetivo final de los rebeldes será frenar los malvados planes de Kylo Ren, temible guerrero que empuña un sable de luz de color rojo de diseño inusual, y que representa a las poderosas fuerzas del lado oscuro.
La novedad más llamativa al margen de que la dirección esté en manos de J.J. Abrams -autor de dos largometrajes de la serie Star Trek y de Super 8- es, con mucho, el regreso de los tres actores que abrieron el camino a la saga: Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher en los cometidos respectivos de Han Solo, Luke Skywalker y la Princesa Leia. Los tres lo hacen casi cuarenta años después de su primera incursión, allá por 1977. Lucas ha podido por ello, porque todos se conservan en un magnífico estado de salud, reunirlos de nuevo ante el entusiasmo y la satisfacción de sus millones de incondicionales.
