El espectacular duelo que ofrecieron por las carreteras francesas el Tour el pasado mes de julio Chris Froome (Sky) y Romain Bardet (AG2R) tendrá continuidad en la Vuelta 2017, que, para añadir un poco más de morbo, parte este sábado desde la taurina ciudad gala de Nimes.

Froome y Bardet llegan a la Vuelta 2017 con espinas clavadas que quieren extraerse, aunque por motivos bien diferentes. Para poder lograrlo deberán superar al dúo transalpino formado por Vincenzo Nibali (Bahrein Merida) y Fabio Aru (Astana), así como al siempre imprevisible Alberto Contador (Trek Segafredo), o a otros que creen llegado el día en el que pueden presentar su candidatura al triunfo final.

El británico de origen keniano ha puesto en su punto de mira la carrera que dirige Javier Guillén, pero todavía no ha sido capaz de acertar en una diana que para él parece ser móvil. Hasta tres veces se ha subido al segundo cajón del podio, en alguna de ellas incluso demostrando ser el mejor pero sin poder refrendarlo. El primer peldaño, hasta ahora, le está vetado.

El galo, por su parte, se ha convertido en uno de los abanderados de la generación del 90, la que ya está tratando de empujar hacia los laterales a los hombres que han superado la treintena, pero que todavía siguen mostrándose tremendamente fiables y con escasas fisuras en su rendimiento.

En el Tour, allí donde todos y cada uno de los contendientes ofrecen lo mejor de sí mismos porque saben que cada acción positiva vale su peso en oro, ya fue segundo en 2016 y el pasado julio fue el rival más sólido de un Froome que terminó sumando su cuarto jersey amarillo en París.

Sin embargo, todo el fruto de su gran trabajo, con victoria de etapa en Peyragudes incluida, se quedó al borde de irse al traste con una calamitosa contrarreloj en Marsella. Allí llegó segundo y soñando en amarillo y salió dando las gracias por no haberse quedado también fuera del podio.

En la Vuelta habrá que ver si es capaz de volver a poner entre las cuerdas a un Froome que está vez apuró un poco más su estado de forma porque quiere hacerse con la Roja en Madrid. Algunos especialistas como Joaquim "Purito" Rodríguez le vieron un poco más justo de forma para llegar bien a la Vuelta "y le ha salido de maravilla".

Dúo transalpino Nibali-Aru

Los que no estarán como meros espectadores serán el dúo transalpino Nibali-Aru, cada uno en un equipo, que ya saben lo que es ganar la carrera española con sus ya tradicionales finales en cuestas de cabras y que buscarán reencontrarse con el triunfo en una grande.

Nibali suma cuatro grandes en su palmarés y ya tiene los tres colores de vencedor final, rosa por partida doble, amarillo y rojo. A la Vuelta llega con un buen podio en el Giro de Italia del centenario y desde entonces, el pasado 28 de mayo, se ha dejado ver con cuentagotas. Quiere su segunda Vuelta y como buen "Tiburón" espera ser capaz de dar la dentellada en el momento oportuno.

Por su parte, el sardo Aru no ha terminado todo lo contento que cabría esperar el Tour con su quinta plaza final, una carrera en la que todavía no ha sido capaz de pisar el podio, y sueña con volver al nivel del 2015 en el que se impuso en la Vuelta y fue segundo en su tierra.

En Francia arrancó con una fuerza tremenda para alzarse con brillantez en la etapa de la Planche des Belles Filles e incluso llegar a lucir el amarillo al final de la segunda semana de carrera. La tercera se le hizo muy larga y tras su fallo en Rodez, donde perdió el liderato, ya no se le vio en condiciones de poder luchar por cotas mayores.

Del que se puede esperar todo, aunque a lo mejor no opte a hacerse con su octava grande, es el madrileño Alberto Contador. A Nimes llega con el anticipado anuncio de que desde allí y con la confianza de llegar a Madrid lo más arriba posible dará sus últimas pedaladas como ciclista profesional.

Habrá que ver si el de Pinto es capaz de luchar por su cuarta Roja y superar a sus rivales, pero si no está en condiciones de hacerlo nadie debe olvidar que fue él camino de Formigal en 2016 el que le sacó los colores al Sky, hizo perder la Vuelta a Froome y se la puso en bandeja al ausente colombiano Nairo Quintana. Su otro hito imborrable a la vez que inolvidable fue en la cántabra Fuente Dé.

A priori, ellos cinco partirán en Nimes con los galones más brillantes y destacados, sin olvidar que en la nómina de inscritos de la Vuelta 2017 hay un puñado de excelentes ciclistas que apuntan hacia las cotas más altas pero todavía no han sido capaces de hacerlo.

Tradicionalmente la Vuelta, muy por delante del Tour y el Giro, ha sido un pozo de sorpresas en sus vencedores finales como han sido los casos en los últimos seis años del cántabro Juanjo Cobo (2011) o el estadounidense Chris Horner (2013), por citar los más cercanos.