«Conocimiento, rigor, pasión, libertad y progreso». Esto es lo que significa ser científica para la investigadora Ángela Nieto. En el Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y la Universidad Miguel Hernández de Elche, Nieto trabaja para desentrañar «el proceso de diseminación del cáncer, la formación de otros tumores que aparecen en distintos órganos. Estos tumores secundarios son las metástasis, que causan mas del 90% de la muertes por cáncer. Por lo tanto, prevenir su formación es un reto que hay que alcanzar».

Sus investigaciones, que ayudarán a mejorar las terapias que luchan tanto contra el cáncer como contra otras enfermedades, han sido reconocidas con relevantes premios y tras 20 años de trabajo en esta línea Nieto se ha convertido en un referente científico.

Señala que «el cáncer es muy complejo. No es una enfermedad, son cientos de ellas. Pero hay procesos comunes en el progreso del cáncer, y uno de ellos es la anidación de células circulantes para formar las metástasis». «Cuanto mejor conozcamos las células cancerosas y lo que necesitan para crecer indiscriminadamente en sitios distintos, mejor sabremos encontrar sus debilidades y cómo atacarlas», señala.

Nieto recurre a una metáfora para explicar su línea de investigación. «Los programas genéticos funcionan como interruptores, cuyo encendido y apagado está sometido a un control estricto», afirma. Por ejemplo, los programas embrionarios están encendidos mientras se forma el embrión, pero están apagados en el adulto. Sin embargo, se pueden volver a encender en algunas enfermedades y entonces son perjudiciales. La diseminación de las células cancerosas por el cuerpo se debe a un encendido erróneo de genes del embrión que deberían estar apagados, indica.

Su sueño a nivel profesional es conseguir que «las enfermedades devastadoras se conviertan en crónicas porque sean todas tratables». Y en ello está. Ángela Nieto siempre quiso ser científica, pese a que no tenía ningún antecedente familiar. «Quería ver cosas nuevas, entender el por qué de las cosas. Más tarde me dí cuenta que la ciencia explica el cómo, y eso es importante», recuerda.

Considera que socialmente los científicos están bien valorados, pero anima a que esta percepción se traduzca en algo práctico. «Necesitamos el compromiso de la sociedad, que debe exigir a sus gobernantes mayor inversión en investigación, porque es invertir en progreso y, por tanto, en nuestro futuro». Aparte de la siempre mejorable financiación de la ciencia, esta investigadora señala como el «principal problema» una estructura de gestión «rígida y obsoleta» y la incertidumbre de las convocatorias tanto de bienes materiales como de recursos humanos. «Esto se debe a que la inversión en investigación depende de la negociación anual de los Presupuestos Generales del Estado. Si la inversión no dependiera de esto, se fijarían las mismas fechas cada año. Seríamos mucho más competitivos».

Pasión, inteligencia y voluntad de hierro

Carlos Belmonte, neurocientífico

Aspirar a convertirse en investigadora cuando se es mujer, sin contactos particulares en el mundo científico y una carrera recién terminada gracias al cariño y el sacrificio de los padres, no es fácil hoy y lo era aún menos en los años 80. Lograrlo requiere pasión, inteligencia, fe en sí misma y una voluntad de hierro para perseguir el propio sueño sin desmayo. Esas son, precisamente, las cualidades que han permitido a Ángela Nieto alcanzar su meta desde el inicio de su trayectoria científica en la Universidad Autónoma y el Centro de Biología Molecular de Madrid por los años 80. Tras un exitoso postdoctorado en el National Institute for Medical Research de Londres, Ángela regresó al Instituto Cajal del CSIC en Madrid, ya como científica consolidada, y en 2004 se incorporó al Instituto de Neurociencias de Alicante. La suya ha sido desde entonces una trayectoria triunfal, jalonada de premios nacionales e internacionales, reconocimientos en los centros e instituciones académicas más prestigiosos del mundo y la publicación de trabajos brillantes en revistas científicas de máximo nivel. Todo ello fruto de un esfuerzo investigador que ha enriquecido la moderna biología con aportaciones fundamentales en la comprensión de los mecanismos moleculares y celulares que determinan la diseminación de las células tumorales o los que gobiernan la simetría de los órganos. Son cuestiones que avanzan la comprensión científica de la vida, pero también permiten combatir algunas de las enfermedades que más nos afligen, como el cáncer.

Esta breve glosa de los méritos de Ángela Nieto para merecer estar entre los «Importantes» del periódico decano de Alicante, sería incompleta si no añadiera una mención a su esencial papel dinamizador del Instituto de Neurociencias de Alicante, al promover las condiciones que requiere una investigación de excelencia, apoyando la concesión y financiación de equipamientos, la incorporación de tecnologías de frontera y la atracción de jóvenes científicos. Ángela ha tratado de estimular la cooperación entre investigadores para el logro de objetivos comunes y ofrece con ello un ejemplo de ética y dedicación a la ciencia que ha iluminado el camino de los jóvenes de múltiples países venidos a formarse a su lado. Los científicos del Instituto de Neurociencias compartimos con orgullo el reconocimiento a nuestra compañera y agradecemos que, una vez más, INFORMACION haya sabido reconocer en su figura el esfuerzo de los investigadores alicantinos que, calladamente, tratan de hacer mejor la tierra que compartimos.

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