Aspirar a convertirse en investigadora cuando se es mujer, sin contactos particulares en el mundo científico y una carrera recién terminada gracias al cariño y el sacrificio de los padres, no es fácil hoy y lo era aún menos en los años 80. Lograrlo requiere pasión, inteligencia, fe en sí misma y una voluntad de hierro para perseguir el propio sueño sin desmayo. Esas son, precisamente, las cualidades que han permitido a Ángela Nieto alcanzar su meta desde el inicio de su trayectoria científica en la Universidad Autónoma y el Centro de Biología Molecular de Madrid por los años 80. Tras un exitoso postdoctorado en el National Institute for Medical Research de Londres, Ángela regresó al Instituto Cajal del CSIC en Madrid, ya como científica consolidada, y en 2004 se incorporó al Instituto de Neurociencias de Alicante. La suya ha sido desde entonces una trayectoria triunfal, jalonada de premios nacionales e internacionales, reconocimientos en los centros e instituciones académicas más prestigiosos del mundo y la publicación de trabajos brillantes en revistas científicas de máximo nivel. Todo ello fruto de un esfuerzo investigador que ha enriquecido la moderna biología con aportaciones fundamentales en la comprensión de los mecanismos moleculares y celulares que determinan la diseminación de las células tumorales o los que gobiernan la simetría de los órganos. Son cuestiones que avanzan la comprensión científica de la vida, pero también permiten combatir algunas de las enfermedades que más nos afligen, como el cáncer.

Esta breve glosa de los méritos de Ángela Nieto para merecer estar entre los «Importantes» del periódico decano de Alicante, sería incompleta si no añadiera una mención a su esencial papel dinamizador del Instituto de Neurociencias de Alicante, al promover las condiciones que requiere una investigación de excelencia, apoyando la concesión y financiación de equipamientos, la incorporación de tecnologías de frontera y la atracción de jóvenes científicos. Ángela ha tratado de estimular la cooperación entre investigadores para el logro de objetivos comunes y ofrece con ello un ejemplo de ética y dedicación a la ciencia que ha iluminado el camino de los jóvenes de múltiples países venidos a formarse a su lado. Los científicos del Instituto de Neurociencias compartimos con orgullo el reconocimiento a nuestra compañera y agradecemos que, una vez más, INFORMACION haya sabido reconocer en su figura el esfuerzo de los investigadores alicantinos que, calladamente, tratan de hacer mejor la tierra que compartimos.