Nacer a las 23 semanas de gestación es hacerlo «con las peores cartas de la partida», apunta la jefa del servicio de Neonatología del Hospital General Universitario de Alicante, Caridad Tapia. Pero, gracias a su fortaleza y a la labor del equipo médico, la pequeña Araceli Maciá salió adelante sin secuelas y hoy es una niña despierta y espabilada que revoluciona el centro hospitalario cada vez que acude a una revisión, porque «ella y sus padres ya son como de la familia», afirma la doctora.

Araceli vino al mundo «en el límite de la viabilidad», destaca Tapia, con 23 semanas justas de gestación y 490 gramos de peso. Nació en mayo de 2017 cuando su madre, Araceli Gil, salía de cuentas en septiembre. En esas circunstancias los días e incluso las horas en los que el bebé pueda permanecer en el vientre materno son cruciales, pero no se pudo evitar el alumbramiento que se produjo ya en el Hospital General Universitario de Alicante, centro de referencia en Neonatología para la provincia, tras ser derivada rápidamente la madre desde el General de Elche.

«Antes de la semana 23 no está indicado reanimar a los bebés porque se trata de traer niños al mundo con calidad de vida y con menos de este tiempo tienen escasas posibilidades de sobrevivir», explica. Ya entre la semana 23 y la 24 el índice de posibles secuelas graves «es muy grande». «Hablamos de parálisis cerebral, ceguera y problemas importantes de desarrollo», afirma la jefa de servicio, aunque afortunadamente no ha sido el caso de Araceli. A partir de la semana 26 «la curva se invierte» y «la inmensa mayoría salen adelante muy bien», señala la responsable médica. Aún así el hospital realiza un seguimiento que puede llegar hasta los seis años de vida en casos de prematuros de este tipo.

Los prematuros suelen permanecer en la incubadora «normalmente hasta la fecha en que deberían haber nacido, semana arriba semana abajo, y nunca se van del hospital antes de la semana 36», precisa Tapia. Así, Araceli y sus padres, Marcos y Araceli, pasaron más de cien días «ingresados» y más allá del hito médico que supuso el nacimiento se forjaron lazos muy estrechos entre familia y profesionales. «Hubo momentos muy complicados, pero la niña siempre iba superando todas las dificultades e incluso muchas veces eran los propios padres los que nos daban ánimos a nosotros», recuerda la médico.

El servicio de Neonatología atiende al año a unos 60 bebés de lo que en el argot conocen como «menores de 1.500» que son de 32 semanas o menos de gestación y a una veintena «menores de 1.000», que son los que nacen con 28 semanas o menos de gestación. Los partos bajan, pero los prematuros van en aumento, expone Tapia. «Gracias a los avances científicos ahora se consiguen embarazos que hace unos años hubieran sido imposibles, pero muchos de ellos no llegan a la semana cuarenta», indica. Por eso en Neonatología trabajan de la mano de los ginecólogos que «realizan una labor extraordinaria arañando horas o días de gestación, hasta que nos llegan a nosotros después del parto».

En el servicio disponen de doce puestos de UCI y 24 de cuidados intermedios, lo que equivaldría a planta en adultos. Allí, un equipo compuesto por once facultativos, 45 enfermeras, más de 20 auxiliares y dos psicólogos, atienden a los bebés que tienen hasta 28 días de vida con una apuesta clara por la humanización sanitaria. No sólo se encargan de los prematuros, también de los que no ganan peso, sufren una infección o deben someterse a una operación. «No es una especialidad más difícil que otras, pero sí que es muy intensa tanto en lo bueno como en lo malo», dice Tapia. Una intensidad que comparten con miles de familias a las que ayudan año tras año.

Mucho más que estrellas de cine

Javier González de Dios. Jefe de pediatría del hospital general universitario de alicante

El premio «Importante» de INFORMACIÓN a la Sección de Neonatología del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Alicante es el premio a toda una trayectoria de ciencia con conciencia, de humanización aplicada a la alta tecnología de los cuidados intensivos neonatales, de la innovación con corazón, un premio al trabajo de excepcionales profesionales de todos los ámbitos (neonatólogos, enfermeras, residentes, auxiliares, psicólogos, personal de apoyo,..), pero también de obstetras y matronas, con quienes se funciona en perfecta armonía.

Y, aunque el hito sanitario que se destaca es que Araceli, la prematura de 23 semanas de gestación y 490 gramos, tenga casi dos años y viva feliz y sin secuelas, cabe decir que este es solo un bello ejemplo de nuestro lema (y nuestro vídeo más viral): «Nuestros prematuros, mucho más que estrellas de cine».

Porque si el gran avance de la Neonatología en el siglo XX fue paralelo a los avances técnicos, el gran avance de la Neonatología en el siglo XXI viene de la mano de la humanización. Porque el prematuro necesita cinco cosas para ser feliz: humanizar el ambiente, atender a las familias, abrir las puertas de la UCI, apoyar la lactancia materna y fomentar el método canguro. Y nuestra UCI Neonatal está convencida de ello. Y para conseguirlo, trabajamos con nuestras «4H»: Hacerlo bien (calidad profesional), Hacerlo (compromiso), Hacerlo mejor (desarrollo) y Hacerlo juntos (equipo).

Y este Premio «Importante» es un premio de todos: de todos los recién nacidos (principalmente de los prematuros), de sus padres y familias, y de todo el equipo de Neonatología, también de los que han dejado su huella en estas casi cinco décadas de dedicación a que los recién nacidos en Alicante sean «mucho más que estrellas de cine».

Y es que lo Importante es trabajar por una sociedad mejor.

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