Raúl Verdú y Raúl Torres no se podían imaginar en 2009, cuando en un destartalado local de Elche soñaban con hacer realidad su pasión por los cohetes aeroespaciales, que antes de diez años, en octubre de 2018, lanzarían -según está previsto-su propio vehículo de prueba para experimentos científicos. Y con la novedad a nivel europeo, además, de recuperar la aeronave para reutilizarla en nuevas misiones. «Somos la única empresa europea que hemos pasado del papel a la realidad», apunta Raúl Torres, quien explica que aportan una tecnología que nunca se ha utilizado en Europa para cohetes «pequeños», de altos como un edificio de cuatro plantas. Con diez empleados, y con base de lanzamiento en Huelva, su primer artefacto está previsto que llegue a los 220 kilómetros de altura y permanezca siete minutos antes de precipitarse al mar, desde donde será recuperada la aeronave.