«Alicante siempre ha tenido intelectuales que han mostrado su trabajo. Siempre han estado ahí, lo que ocurre es que a lo mejor ahora se nos hace un poco más de caso». Lola Blasco, Premio Nacional de Literatura Dramática de 2016 por su obra Siglo mío, bestia mía, percibe una especie de «alineación de astros» que ha permitido que el trabajo de estos tres alicantinos de las artes y las letras reciban el Premio Nacional el mismo año. Una visibilidad triple que permite mostrar la calidad de una cultura que sigue produciendo haya focos o haya poca luz.

Una sensación parecida tiene Javier Sáez, ganador del Premio Nacional de Ilustración. «El nuestro es un trabajo oscuro, de puertas adentro, así que estos reconocimientos nos dan visibilidad», apunta el dibujante y escritor nacido en Huesca pero afincado en la provincia desde la infancia. Para Auladell, que se ha hecho con el premio de Cómic por su onírico El paraíso perdido, esta atención le ha permitido tanto avanzar tanto en sus trabajos para terceros como en el desarrollo de sus proyectos personales.

Tras los premios nacionales y los galardones de los Importantes, la alineación continúa. Auladell y Sáez, amantes casi a partes iguales de la imagen y el texto, comparten además este año autoría en un libro que la imaginación del primero pergeñó y decidió que estaba hecho para los dibujos del segundo. «Para ser un buen ilustrador hay que ser un buen lector, así es es como se puede entrar a fondo en las claves del relato. Pensé que quedaría mucho mejor con los dibujos de Pablo», cuenta el autor.

Dorothy se llama el proyecto que comparten ambos dibujantes, una historia «típica de Javier llena de ironía», según Auladell, que ya ha ganado el Concurso Internacional de Álbum Ilustrado del Cabildo de Gran Canaria.

El premio. La importancia de sentirse querido en casa

La autora alicantina se siente además «muy agradecida» por recibir junto a los ilustradores Pablo Auladell y Javier Sáez el Importante de septiembre, un reconocimiento «que me hace sentir muy querida en mi ciudad», como cuenta. Auladell, Nacional de Cómic, admite que recibir la estatuilla de este diario le produce «mucha satisfacción», porque es un reconocimiento de la «sociedad más cercana», según su compañero de oficio Javier Sáez.