Desde Alicante, oteando el horizonte marino hacia el sur, divisamos una pequeña y alargada porción de tierra emergida, prácticamente plana, solitaria, enigmática... Es Nueva Tabarca, o simplemente Tabarca, la isla, en realidad, un diminuto archipiélago frente a la costa cercana de Santa Pola, pero perteneciente desde el último tercio del siglo XVIII al término municipal de Alicante como una pedanía más de su territorio, eso sí, con un carácter eminentemente especial.

La conocí un día gris, en la alborada del otoño de hace más de treinta años, y me pareció ya por aquel entonces, sin conocimiento prácticamente de ella, un lugar sorprendente, distinto, y no solamente por su carácter insular, sino por la tranquilidad que inspiraba, lo peculiar de sus gentes, su color, su histórica monumentalidad, y la luz de las aguas marinas que bañan su costa. Y precisamente, por aquellos años, esas aguas mediterráneas, puras, cristalinas, plenas de belleza y vida, iban a ser objeto de un reconocimiento a su extraordinaria biodiversidad, con la declaración en 1986 de la primera Reserva Marina de interés pesquero que se realizaba en España.

Gracias al impulso y a una intensa y fructífera colaboración administrativa, que hoy en día continúa, entre el Ayuntamiento de Alicante, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, y la Conselleria del mismo ramo, con el estudio y asesoramiento científico de la Universidad de Alicante, se lograba un hito histórico en cuanto a la conservación y puesta en valor de un patrimonio natural y cultural relacionado con los recursos pesqueros, así como con los artes de pesca tradicionales y sostenibles desde el punto de vista ecológico.

Son muchas las personas que han estado y están detrás de todo este gran proyecto, espejo para muchos otros que posteriormente se han puesto en práctica, pero es de justicia destacar la labor y empeño que en los orígenes de todo ello puso el Dr. Alfonso Ramos Esplá, verdadero ideólogo de la Reserva Marina de Nueva Tabarca. En la actualidad, el Servicio de Protección y Mantenimiento de la Reserva, con su coordinador, el biólogo Felio Lozano Quijada, mediante el sostén de las administraciones estatal y autonómica, lleva a cabo una inmensa labor en la defensa de los valores que ésta representa, y en coordinación con otras instituciones como el Museo Nueva Tabarca o la Universidad de Alicante, el conocimiento y la necesaria difusión de los mismos.