Las Hogueras de San Juan ya están aquí, buenas fechas «les fogueres de Sant Joan» para ciudadanos y foráneos que deambulan por Alicante en busca de diversión, visitando los barrios y sus monumentos que no tardarán en ser cenizas y escombros.

Hay muchas cosas que hacer en estas fechas en las fiestas declaradas de Interés Turístico Internacional desde 1983, pero sobre todo, y lo que más masas mueve, común en la mayoría de las fiestas, es un motivo en concreto: comer y beber.

Es un momento en el que la restauración alicantina coge oxígeno para afrontar un volumen de trabajo que nada tiene que ver con lo que puedan acoger el resto del año, ni de lejos ni de cerca. Es un incensar continuo de gente, personas sedientas debido al calor que aprieta duro mientras el público observa y escucha la mascletà. Estas personas son parte del pastel y cada negocio de hostelería quieren su trozo, para ello han estudiado «el cómo y el qué» y han valorado el contenido de su oferta en pos de un impacto positivo por ambas partes, calidad de la comida, del servicio y que esto repercuta en la calidad del cash-flow (guiño, guiño).

El que trabaja en el sector de la hostelería conoce bien lo que aquí estamos tratando, porque muchos lugares dedicados a este sector adaptan su oferta gastronómica a las necesidades tan peculiares que requiere este intervalo de tiempo, desde el día 20 hasta el 24. Por favor, son sólo 5 días y es de justicia y comprensión tratar de entender el por qué de esta decisión tan de años atrás, por si no queda claro, saltamos desde este artículo con una lanza a favor de esos negocios que (lejos de lo que piensen los malpensados) no modifican su carta en estas fechas para aprovechar y subir los precios.

Tampoco para quitar platos elaborados que puedes probar otro día del año porque se les antoje fastidiar a sus clientes, ni para incomodar y hacer sentir mal a sus habituales del resto del año. Y mucho menos para dar mal servicio y hacer esperar una mesa impacientando a quienes le visitan, sino todo lo contrario a lo mencionado antes. Y es que no es casualidad que todo este malestar se genere en estos días, ni tampoco es casualidad que por evitar estos motivos se tomen las medidas oportunas que detallamos a continuación.

¿Cerveza de barril o botellín?

Llega el cliente y pide una caña al camarero y este le contesta «lo siento pero tiene que ser botellín», pero en otro negocio a dos manzanas se da el mismo caso pero a la inversa. Esto es fácil de entender si le pones empatía, son fechas de vender mucha, muchísima cerveza, depende del lugar puede disponer de almacenaje para una cantidad considerable de barriles ya que el reparto se limita, o por el contrario elige vender solo botellín porque sus peculiaridades son otras. Esto que parece tan fácil de entender a muchas personas les incomoda y se quejan sin miramiento.

¿Dónde está mi plato favorito?

Pues resulta que te lo han sacado de la carta porque su elaboración/presentación causaba una retención en la fluidez de la cocina que es innecesaria, seguro que han pensado en una carta que de fluidez al servicio y hay platos que solventen tu malestar. Inténtalo y busca en la carta «especial Hogueras», disfruta de la fiesta y actitud positiva.

¿Por qué han quitado las mesas y sillas?

Para que no te apalanques, eso no te lo van a decir más claro, se intuye y no habría que mencionar palabra al respecto. Tienes la barra y algún taburete suelto, pero tus tapas y tu caña te la tomas de pie. Esto es habitual en muchos lugares sobre todo con el espacio limitado, tienen que ofrecer un espacio «cómodo» a sus clientes, pero evitar que la sobremesa se alargue hasta la noche.

Cambian la carta para cobrar más caro

No, no y no, eso es ilegal, si han cambiado la carta en continente de forma estética y algo de contenido para el buen funcionamiento, pero en cuanto al P.V.P debería estar tal cual marca su listado de precios oficial a la vista del cliente. Eso no quita que para dar un gusto a quien la visita haya creado un listado de sugerencias esporádico, pero tengamos sobre todo una cosa clara, son fechas para rentabilizar un negocio, el antes y el después de estas es largo en este sector, por ello es importante que sean fructíferas.

Las opiniones en redes sociales echan humo

En estas fechas, las opiniones en portales como Trypadvisor son el «muro de las lamentaciones». Expresiones como «esperamos más de 20 minutos en ser atendidos», «no tenían toda la carta», «no había sitio para el carrito del bebé»... suelen ser la tónica habitual de un público poco paciente y poco empático, en ocasiones, con el sector hostelero. Esperamos que este año, la gente se anime a destacar lo positivo del servicio y de la hostelería alicantina, y sobre todo con un poquito de por favor.