Fundadas en 1928 gracias al impulso de José María Py y Ramírez, les Fogueres de Sant Joan se han convertido en la fiesta local de referencia de la ciudad. Más de 90 años de historia durante los que sólo ha habido dos ejercicios en los que esta festividad no pudo celebrarse. Y es que la Guerra Civil de España impidió que en 1937 y 1938 los alicantinos disfrutaran de sus fiestas locales, frenando en seco una tradición que cada vez era más popular en la ciudad.

Hasta entonces y en el año 1936, Alicante alcanzó el máximo de comisiones con un total de 41 que, entre hogueras y barracas, reflejaban la importante implantación que la fiesta del fuego había alcanzado en la ciudad de Alicante en menos de una década. Un apoyo insuficiente para hacer frente a los estragos de una guerra civil y los bombardeos que asolaron la ciudad de Alicante.

A pesar del conflicto bélico y sus consecuencias, Alicante trató de recuperar su fiesta local pronto. De hecho, tan sólo unos meses después del final de la Guerra Civil Española, la ciudad consiguió recuperar en 1939 sus Hogueras en un esfuerzo «titánico» de la gente de la fiesta, que se unió para sembrar las bases del resurgir de la Fiesta tras dos años de ostracismo.

Este 2019 se cumplen 80 años desde la celebración de 1939, consideradas como las Hogueras del Renacimiento y en las que en sólo unos pocos meses los festeros consiguieron plantar un único monumento de carácter simbólico. El objetivo era claro: evitar que se perdiera la fiesta sanjuanera en los siguientes años. Ese ejercicio se logró con la participación de seis barracas y comisiones.

Todo comienza el mismo mes de junio

Programa de fiestas de 1939

En abril de 1939, Alicante comienza a recuperar la normalidad, dentro de lo posible, después de la Guerra Civil. Debido a ello, Juan Luis Bueno Martínez, entonces Jefe Provincial del Servicio Nacional de Propaganda y redactor de la Gaceta de Alicante, única prensa alicantina autorizada por el régimen, convocó el 7 de junio a las comisiones de las hogueras y barracas que plantaron en 1936, así como a los artistas que no habían sido encarcelados por razones políticas, para recuperar la fiesta.

Todos los convocados colaboraron y se esforzaron por celebrar una nueva edición de las Hogueras, trabajando por recuperar la fiesta en sus distritos. Las barracas lucharon para encontrar los materiales necesarios que permitieran construir sus portadas. Al final, fueron seis barracas las que pudieron plantar, logrando incluso colocar algunos monumentos infantiles en diversos puntos de la ciudad.

Hogueras con un único monumento

Les Fogueres de 1939 sólo contaron con un único monumento. Tenía el nombre de «La fuga» y fue obra del artista Francisco Muñoz Gosálbez, quien realizó la construcción en tan sólo 15 días, siendo instalado en las confluencias de la avenida de Alfonso el Sabio y la de José Antonio (hoy Constitución). El monumento fue plantado la noche del 22 al 23 de junio.

Francisco Muñoz Gosálbez, pintor y artista de la única foguera plantada en 1939

El programa de actos, por su parte, también fue más austero que en ediciones anteriores. Antes de la celebración, estaba previsto el inicio de los festejos el 22 de junio a las 20.00 horas con un pasacalles y a las 22.00 horas con un concierto de la Banda Municipal en la Explanada. Sin embargo, los actos fueron suspendidos con motivo del duelo general de Alicante por los caídos por Dios, España y su Revolución Nacional-sindicalista en los días trágicos de septiembre y noviembre de 1936, según publicaba la Gaceta de Alicante.

Así que hubo que esperar a la plantá del monumento de la noche del 22 al 23 de junio para que comenzaran les Fogueres de 1939. En los siguientes días, hubo despertà, entrada de Bandas y a falta de mascletà se encendió una Gran Traca en la Avenida de Méndez Núñez, que recorrería esta vía hasta la calle Duque de Zaragoza, ascendiendo por la avenida de José Antonio, rodeando el Mercado y finalizando con el trueno final en la calle Velázquez.

Las Hogueras de 1939 fueron breves y austeras. Pero fueron necesarias, ya que en el contexto en el que tuvieron lugar sirvieron de trampolín para que el año siguiente volvieran Les Fogueres de forma oficial y con fuerzas renovadas. Desde entonces, las Hogueras de Alicante no han vuelto a interrumpirse.

La «Fuga», un monumento con tintes políticos

El monumento construido por Francisco Muñoz Gosálbez se llamó «La fuga» y hacía referencias a muchos de los sufrimientos a los que los ciudadanos de Alicante pasaban como se ponía de manifiesta con las cartillas de racionamiento o la existencia de exiliados políticos. De hecho, el autor colocó una estatua de Juan Negrín a la cabeza enviando una serie de mensajes que, con total probabilidad, fueron supervisados por el nuevo Régimen.

Imagen de la foguera de 1939 y un boceto de la hoguera realizado por Julio Esplá Martínez

Y es que el monumento mostraba el hambre que había causado el mandato de Juan Negrín López, último presidente del Gobierno de la II República, y reflejaba a un político que se había llevado a su exilio a Francia todo lo que pudo. En concreto, su figura y su frase «Resistir, con pan o sin pan» remataban el monumento, en el que se mostraba a un Negrín llevándose un jamón a la boca con una mano y un maletín lleno de lentejas en la otra, mientras que las caras de la parte inferior del monumento ilustraban la tragedia y el hambre del pueblo alicantino.

La anécdota: Victoria del Hércules al Valencia

Estadio Bardín en 1939

El 24 de junio de 1939 tuvo lugar a las 17.00 horas el partido Hércules-Valencia en el Estadio Bardín, un encuentro que ganarían los locales por 2-1. Para los aficionados, el Hércules presentó la siguiente alineación circunstancial, ya que algunos de sus jugadores titulares permanecían en prisión: Pérez; Del Pino y Corona; Salvador, Medina y Salas; Irles, Perdomo, Cervera, Sirvent y Aparicio.