Dónde está enterrado Federico García Lorca, cómo murió y si fue torturado, "porque hay indicios de que sí". Estas son las preguntas a las que Ian Gibson busca respuestas, sin que ello implique incumplir la voluntad de la familia de no trasladar sus restos. "Nadie quiere sacar de allí los restos de Lorca. Si la familia no quiere, tampoco me parece bien a mí", dice el biógrafo del artista granadino en una entrevista con motivo del 80 aniversario de su fusilamiento. Una tercera excavación financiada mediante micromecenazgo intentará en septiembre dar con sus vestigios mortales, tras las infructuosas de 2009 y 2014.

Gibson (Dublín, 1939) cree que esta segunda campaña del historiador Miguel Caballero y el arqueólogo Javier Navarro, a tan sólo 20 metros de donde finalizó su anterior trabajo, hace dos años, no acabará con el hallazgo del cadáver del autor de Yerma. Por eso defiende que se forme "otra comisión" en la que, como "el último superviviente de los viejos investigadores lorquianos", se le consulte, y se contrasten los datos nuevos que se han publicado al respecto.

También pide la colaboración de la familia Lorca, reacia a la búsqueda del cadáver. "No sé si ocultan algo, ¡hay tantas teorías! ¿La familia sabe dónde está? ¿Sacaron los restos? Me gustaría que dijeran delante de un notario: no sabemos nada de eso. Laura (García-Lorca, sobrina-nieta del poeta) dice que están en Alfacar, pero las dudas siguen", lamenta el hispanista. Todo ello en un país que "no está haciendo los deberes con sus muertos, con más de 100.000 asesinados por el franquismo en cunetas y fosas comunes" entre los que se encuentra "el poeta español más amado y más traducido de todos los tiempos", por lo que debería ser "una cuestión de Estado" averiguar su enterramiento.

Con motivo de este 80 aniversario de su fusilamiento, se han reeditado todas las obras de Gibson sobre el "poeta telúrico", entre ellas su biografía revisada, Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca (Debolsillo). A él le ha dedicado la mayor parte de su vida profesional, desde que le "atrapó para siempre" con El romance de la luna, luna (Romancero gitano), que leyó con 18 años.

"Pensemos en que todo lo que él hizo lo hizo en 20 años, desde 1916 a 1936. Hay pocos casos parecidos. Y lo matan con 38 años... Siempre pienso en lo que habría venido después. En Madrid, en otoño del 36, iba a representar Doña Rosita la soltera y publicar Poeta en Nueva York. Era un hombre en ebullición creativa constante", dice con indisimulada admiración. Pero regresó a Granada porque había prometido a su familia celebrar allí el 18 de julio, San Federico. "Según su hermano, tenía el pasaje en el bolsillo para ir a México, donde quería pasar el verano porque Margarita Xirgu estaba representando sus obras con éxito. La prensa ya anunciaba su llegada", deseo que no pudo cumplir porque fue fusilado el 17 de agosto de 1936.

Ian Gibson, durante la entrevista concedida a Efe con motivo del 80 aniversario del fusilamiento de Federico García Lorca. Foto: Chema Moya (Efe).

La obra de Federico García Lorca, desde el más popular Bodas de sangre al surrealista de Poeta en Nueva York, pasará a ser de dominio público el 1 de enero de 2017, hecho que celebra su biógrafo. "La familia ha disfrutado 80 años de los derechos de autor. Ahora, Lorca se verá libre por fin, irónicamente, de su familia. Los herederos de un autor pueden poner muchas pegas para montajes teatrales, ediciones. A veces son un estorbo para la obra", dice quien asegura haberlo sufrido.

Pero no todo son críticas a los herederos del autor que le acompañará "hasta la tumba, puede que más allá". Gibson entiende que vivieran "como una afrenta" la declaración de su legado como Bien de Interés Cultural por parte de la Comunidad de Madrid, para evitar la venta y enajenación de los 19.000 documentos que lo conforman. "No creo que fuera necesario, no creo que sean capaces de ir vendiendo papeles en Estados Unidos -asevera-. Hay que agradecer a la familia, con la que yo soy muy crítico, haber montado la Fundación Federico García Lorca y mantener juntos unos papeles que valen una fortuna, porque es uno de los autores contemporáneos más cotizados, y eso es un mérito".

En cuanto a si deben seguir en su ubicación actual, la Residencia de Estudiantes de Madrid, o trasladarse al Centro García Lorca de Granada, apunta que "con la digitalización no importa donde estén; que estén en Granada sería algo más bien simbólico". "Pero no es el meollo". No como los problemas institucionales y financieros del Consorcio del Centro García Lorca, ante los que el poeta "estaría revolviéndose en su tumba", pero sobre todo no como la principal pregunta que Gibson le haría a Lorca: "¿Cómo fue el final? Dime la verdad, Federico, dime cómo fue".