Jacinto Benavente, que nació hace justamente ahora 150 años, el 12 de agosto de 1866, en el madrileño barrio de las Letras, fue académico, crítico, poeta y, sobre todo, dramaturgo, condición que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1922 por "haber continuado dignamente las tradiciones del teatro español". Adalid del teatro burgués y uno de los autores dramáticos más destacados del primer tercio del siglo XX, Jacinto Benavente, cuya luz se apagó en 1954, dejó más de 170 obras escritas.

El autor de Los intereses creados falleció en la localidad madrileña de Galapagar, que recientemente le ha nombrado hijo adoptivo, tuvo una vida que no fue la bohemia de otros creadores contemporáneos como Valle-Inclán. Benavente triunfó en vida como autor del teatro al que acudían los miembros de la alta sociedad madrileña de principios del siglo XX para "ver y ser vistos".

Uno de sus mayores éxitos, de cuyo estreno en el Teatro Lara de Madrid, fue Los intereses creados, un texto que entronca con la corriente de la comedia del arte. La obra narra la historia del criado Crispín y su señor Leandro, que llegan a una ciudad en la que se intercambian sus papeles y se hacen pasar por un gran señor y su escudero. Pepa Doncel, La ciudad alegre y confiada o La malquerida, estrenada en diciembre de 1913 en el Teatro de la Princesa de Madrid y convertida en telenovela en México en 2014, son otros de sus títulos más populares y reconocidos.El dramaturgo Albert Boadella definió a Jacinto Benavente como un "pícaro", caracterizado por una gran ambigüedad ideológica antes y después de la Guerra Civil.