Los vecinos de Navalsauz (Ávila) rindieron el pasado 18 de junio un homenaje al poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) y a su gran amor, Francisca Sánchez, que era natural de esta pequeña localidad situada al sur de la provincia y que en la actualidad tan sólo cuenta con 15 habitantes empadronados. En la minúscula aldea se dieron cita más de 150 personas, llegadas desde Ávila, Toledo, Salamanca e incluso Venezuela, e interesadas en la figura del célebre poeta modernista, autor de Azul (1888).

En el marco del centenario de la muerte del poeta en León (Nicaragua) y del cincuenta aniversario del fallecimiento de Francisca, el pueblo de Navalsauz quiso recordar a dos de sus vecinos "más ilustres", según explicó la presidenta de la Asociación de Empresarios del Norte de Gredos (ASENORG), entidad promotora de este homenaje, Isabel Tejado. Bajo el azul de Gredos y con el fondo amarillo de la flor del piorno, los vecinos de Navalsauz y personas vinculadas a la aldea celebraron junto con los visitantes este homenaje, que contó con la participación de la periodista Rosa Villacastín, nieta de Francisca Sánchez, así como de varios poetas de Ávila.

Fue el destino quien propició que Rubén Darío y Francisca Sánchez se conocieran en los jardines del Palacio Real de Madrid, donde el padre de ella era jardinero y la joven le entregó al escritor una rosa.

La periodista Rosa Villacastín, durante el pregón que abrió la jornada, relató cómo transcurrió la marcha de la pareja desde Navalsauz a París, "donde por motivos de trabajo de Rubén tuvieron que trasladarse a vivir". La princesa Paca, como era conocida la compañera sentimental de Rubén Darío, fue la encargada de custodiar toda su obra a la muerte del poeta, papeles que fueron el hilo conductor de este homenaje.

El actor Ramón Langa, encarnando a Rubén Darío, ataviado con sombrero panameño y camisa blanca, fue el guía de este paseo que rememoró 17 años de amor, de los cuales los primeros transcurrieron en Navalsauz. "Rubén vino en tren hasta Ávila y desde allí viajó en burro hasta Navalsauz para pedir la mano de su gran amor, aunque no podía casarse", recordó Langa durante el acto, ya que una borrachera en Nicaragua le había llevado unos años antes al altar y nada se pudo hacer por anular ese matrimonio. Fue un "amor prohibido" que unió a un genio de las letras y a una joven analfabeta, recogido en documentos históricos y en algunas de las obras más ilustres del nicaragüense.

Al finalizar el acto, el presidente de la Diputación de Ávila, Jesús Manuel Sánchez, ha anunciado que Navalsauz, por su vinculación con Rubén Darío, formará parte de la ruta literaria por la provincia de Ávila.