El documental se ha convertido en el género más provocador y estilísticamente más arriesgado del panorama audiovisual.

Necesitamos consumir historias que nos produzcan sensaciones y que nos transmitan distintos puntos de vista de la realidad que vivimos, de mundos lejanos, de naturaleza, historias del pasado, de crueldad, de felicidad y de todo lo que conforma al ser humano.

La narrativa empleada en el documental se sitúa cada vez con más fuerza y con mayor originalidad en los límites de la realidad y la ficción, de lo verdadero y lo falso, con el objetivo de emocionar y captar la atención del espectador.

Las plataformas internacionales lo están testando con múltiples propuestas que afianzan el término «glocal», historias producidas localmente que pueden ser entendidas y consumidas a nivel global. Series como «ETA, el fin del silencio» de MoviStar+, «El caso Alcàsser» de Netflix , «El Pionero» o «Muerte en León» de HBO son sólo una muestra de la gran apuesta por el género.

En esta situación el documental se posiciona como una propuesta que no sólo genera entretenimiento, sino que puede cumplir otras funciones y generar debate, educación y conocimiento. Por ello busca espacios dentro y fuera de la pantalla. El documental es tozudo y le gusta nadar a contracorriente. Lucha con fuerza por hacerse un hueco en las salas de cine y a veces lo consigue, de manera que cuando llega a la pantalla televisiva ya ha tenido un recorrido previo que el público valora muy positivamente.

Las televisiones generalistas, lastradas por la necesidad de generar altísimos niveles de audiencia no acaban de apostar por el documental y se quedan en el reportaje informativo en su versión más convencional. Las televisiones públicas si producen documentales, pero sus bajos presupuestos y su escasa inversión no resulta eficaz en el apoyo y desarrollo del género.

Mientras, proliferan los festivales específicos de documental, los especialistas y los adeptos a este género, que siendo el más antiguo del cine, desde que los hermanos Lumière retrataron a los obreros saliendo de una fábrica, se sitúa a la vanguardia de la narración audiovisual.