- ¿Vivimos realmente en la era de la transparencia?

Yo creo que en lugar de hacia una era de la transparencia iremos hacia una era en la que vamos a demandar claridad y certeza en la información. Vamos a pedir información acorde a unos hechos y no a unas opiniones o a unas especulaciones. Por ello, vamos a demandar que esas informaciones sean ciertas, aunque en ocasiones no nos gusten.

- ¿Qué papel juegan los medios de comunicación en esta transmisión de información veraz?

Los medios de comunicación viven en una crisis desde hace años tras la irrupción internet y de las redes sociales. Y ahora, además, viven otra crisis con el ataque sistémico que vive la calidad de la información cuando políticos como Trump, por ejemplo, califica a los medios de Fake Media, lo que reduce la confianza de la sociedad en el periodismo.

- ¿Cuál es la mejor manera de luchar contra las noticias falsas?

La solución pasa por el periodismo. Por un buen periodismo y un mejor periodismo. Creo que los medios empiezan a moverse en esta línea y están potenciando la verificación de datos, ya que lo ven como algo que ayuda a recuperar la confianza.

Estamos viendo como en Estados Unidos está aumentando el número de lectores y suscriptores de los principales medios de comunicación tradicionales. Pero creo que la verificación de datos es el primer paso para recuperar esa idea de periodismo más lento y capaz de sustraerse de las opiniones y la inmediatez.

- ¿Qué poder tienen las marcas a la hora de influir en los contenidos editoriales de los periódicos?

La comunicación está cambiando de paradigma. El modelo de financiación estaba basado en la comunicación de masas, ya que los medios eran plataformas ideales para difundir una publicidad a grandes masas.

Ahora hay una mayor segmentación y creo que las empresas van a encontrar nuevas formas de comunicación con los usuarios. Ante esta situación, los medios deben de plantearse sus modelos de financiación. En lugar de estar basados en la publicidad, los medios deberán de romper con la idea de que la información es gratis. Para conseguir esta independencia habría que ir más hacia la suscripción. La gente que quiera estar bien informada deberá pagar por ello. Cuando un medio de comunicación consiga trasladar a sus lectores que su información es confiable y les haga partícipes a través de una suscripción viable y escalable podrán conseguir la verdadera independencia.

- Frente a esta tendencia, sin embargo, cada vez surgen más medios digitales gratuitos cuyo modelo de negocio se basa en la publicación de artículos publicitarios, muchos de dudosa credibilidad e incluso falsos en busca de backlinks y posicionamiento orgánico. ¿Pueden convivir estos dos modelos?

En la actualidad, cualquiera puede abrir un medio de comunicación y difundir la información que quiera en función de sus intereses. En España hay 3.065 medios digitales operativos, uno cada 15.000 habitantes, lo que es una barbaridad. De estos nuevos medios surgidos algunos han nacido para informar, los menos, y los otros para desinformar.

Los medios desinformadores son portales que adquieren la apariencia de informativos pero lo único que buscan son contenidos que generan emoción para monetizar a golpe de click. Fabrican información, pseudoinformación o no información para conseguir ingresos. El objetivo es ganar dinero o influir en el pensamiento de la gente.

La democratización de la información ha generado mucho ruido y este seguirá existiendo porque genera ingresos. El ruido es lucrativo. Pero si queremos buena información deberemos dejar el ruido y tendremos que ir a buscar información en los medios confiables y que nos den garantías de verdad.

Los lectores deberíamos premiar la buena información con suscripciones, como hacemos por ver la televisión y los contenidos audiovisuales en plataformas como Netflix o HBO. Pasará también con los medios de comunicación y dejaremos al ruido que siga funcionando en el ámbito del ruido.

- ¿Percibes viable este cambio de comportamiento por parte del lector?

Informarse cuesta y requiere un esfuerzo por nuestra parte. Requiere de una actitud activa del lector. Ahora mismo se nos cuelan informaciones engañosas y para evitarlas habrá que apostar por esta información de calidad. Habrá que elegir un ecosistema diferente al gratuito en el que tengamos la confianza de que podemos estar bien informados.

Este modelo llegará al periodismo. Si hace diez años nos hubieran dicho que la televisión de pago se iba a imponer y que íbamos a pagar una suscripción hubiéramos pensado que no era factible. Y sin embargo está a la orden del día. Y el periodismo, creo, que debe recuperarse por esta línea. El periodismo hace un servicio muy importante para equilibrar las luchas de poder y la relación entre la sociedad y el poder.

- ¿Qué opinión tienes de los portales de verificación de datos?

Son extraordinarios. Portales como newtral.es o maldita.es o verificat.cat son necesarios porque ayudan a recupear el periodismo. Pero debemos entender que es un ejercicio, el de la verificación, que debería estar intrínseco al periodismo porque hacer la verificación a posteriori tiene dos inconvenientes. Primero: la noticia falsa ya es pública. Segundo: el desmentido siempre es menos eficaz que la propia noticia falsa.

- ¿De qué modo están relacionadas las fake news con las marcas negras?

Las marcas negras son marcas opacas. Marcas que esconden su modelo de producción y lo hacen porque al ser opacas encuentran un beneficio. Las noticias falsas también buscan un beneficio. La clave es el beneficio. Las noticias son falsas porque muchas veces son más beneficiosas que las reales. Por eso existen.

Ya sea ganar dinero o para influir ideológicamente obtienen un beneficio y las marcas negras también sacan un beneficio de su opacidad. Sacan más beneficio escondiendo su modelo de producción que mostrándolo. Si fuera al revés seguramente utilizarían su modelo de producción en beneficio de su marca. Marcas como Mercadona o Hacendado son grandes marcas que no esconde cómo se producen sus productos y difunden su modelo de producción porque les beneficia.