Uno de los cambios que más sorprendía hace años a los responsables de las redacciones cuando se les explicaban las líneas básicas de la futura evolución que debía seguir un periódico en un proceso de transformación digital «canónico» era el de la propia distribución física de una redacción.

«¿Para qué quieres cambiar la distribución. Una redacción es una redacción», te decían sus responsables con un punto de enfado. La respuesta a esa pregunta les dejaba aún más extrañados porque parecía atentar contra el sentido mismo del lugar donde se elabora un medio informativo: «Para que la información y la comunicación fluya con facilidad».

Y, sin embargo, así era. En las antiguas redacciones no era imprescindible una distribución física donde la comunicación fuera más fluida, continua e intensa. Los despachos proliferaban porque en esas redacciones se elaboraban periódicos que se construían a diario con dos o tres reuniones organizativas de todos sus jefes (entre las que brillaba la reunión de Primera).

El resto del tiempo las áreas informativas eran compartimentos estancos con poca o nula relación entre ellos. Cada sección era un «miniperiódico» dentro del periódico que seguía sus propias dinámicas y que tenía muchas horas para cubrir una noticia y para decidir cuándo y cómo publicarla.

Esta estructura fue perfecta y funcional durante muchas décadas. Hasta que llegó la revolución digital y, con ella, las webs informativas. Las decisiones de qué publicar, cómo y cuándo, para las que antes se disponían de horas de margen, ahora debían adoptarse en unos pocos minutos. Tener a los miembros del staff del periódico aislados unos de otros, llamándose todo el día por teléfono entre ellos, comenzó a ser un problema. La comunicación y la información necesitaba fluir con más rapidez que hasta entonces.

Este fue el problema que el Daily Telegraph se planteó en 2006 cuando, tras renovar propietarios y staff directivo, el periódico entendió que debía abordar una revolución digital en la que una nueva distribución de su redacción ocupaba un papel prioritario. Aplicó unas pocas ideas básicas, extraídas de las previsibles necesidades de esa nueva redacción: en vez de jefes repartidos por decenas de despachos aislados, un único núcleo central donde, como en la novela de Tolkien, se les uniera a todos; en vez de una estructura dispersa de secciones, unas áreas informativas organizadas de forma radial en torno a ese núcleo y dispuestas en función de las necesidades mayores o menores de actualidad (lo digital, por tanto, muy cerca del centro); y, por último, la creación de un espacio de trabajo que se abriera al mundo mediante grandes paneles con información audiovisual y datos actualizados de cómo estaban impactando las noticias en la audiencia.

De ahí nació la Redacción en Estrella que ha inspirado a decenas de redacciones en todo el mundo y que es, con algunos cambios, la que ha inspirado la nueva Redacción de INFORMACIÓN.

«Web first», internet al centro

Es verdad que cada periódico tiene su historia e INFORMACIÓN no es una excepción. Antes de que la estructura en estrella se convirtiera en el emblema de nuestra nueva Redacción, ya hubo cambios sustanciales, como el que llevó al equipo digital al centro de la Redacción.

No solo era un cambio en la distribución, en aquellas primeras fases de la transformación digital del periódico. También era un mensaje de la posición central que la web empezaba a tener en el nuevo enfoque multiplataforma del medio. Esa posición central del equipo web era la mejor explicación de un cambio que se denominó «Web first», la web primero.

Este nuevo planteamiento alteraba la relación entre las plataformas informativas, en plural porque ya no había una sola, y otorgaba a la digital el privilegio a la atención inmediata que requería un medio que no paraba en ningún momento del día de informar.

Pero el ritmo de evolución de la transformación digital en INFORMACIÓN se aceleró durante los siguientes años, con lo que se acentuó cada vez más la necesidad de eliminar barreras y abrir el espacio para «proporcionar un entorno más estimulante para el intercambio de ideas».

Al reto, ya de por sí complicado, se añadía un nuevo factor que lo hacía aún más estimulante: el concepto multiplataforma se enriquecía aún más al incluir a INFORMACIÓN-TV en la ecuación: nuestra televisión también iba a tener su sitio no solo en el mismo edificio, sino incluso en un espacio común.

Nuestro planteamiento final incorporó todos los conceptos clásicos de las nuevas redacciones multiplataforma:

1. Una mesa central en la que estaba presente el staff del periódico, el coordinador multiplataforma con el equipo digital (gestor de Home, community manager, gestor de métricas y especialista de vídeo), además responsables del equipo de marketing digital. En el centro, una mesa permite reuniones rápidas.

2. Secciones y áreas de trabajo distribuidas en 11 brazos o radios de la estrella que se ordenaban en una zona caliente (dedicada a producción periodística de contenidos de actualidad) y una zona fría (dedicada a otros contenidos y sistemas).

Las tradicionales secciones se reorganizaron en áreas temáticas de mayor tamaño para facilitar la comunicación: Hiperlocal, Vivir, Nuevas Narrativas, Economía-Política, Deportes, Cultura, Mesa Gráfica (Diseño y Fotografía), Extras y Cierre. Se creó una Mesa «caliente» para el trabajo ocasional en la Redacción de periodistas de nuestras Delegaciones.

Además el 11ª brazo de la estrella alberga una mesa multifunción para necesides diversas. Ahora mismo es donde se prepara la evolución de nuestro sistema editorial Redactor a su nueva versión, paso previo para la integración con el nuevo CMS que formarán el sistema multiplataforma que comunicará entre sí todos los canales de difusión de contenidos: web, móvil, impreso y premium-digital.

3. Salas de reuniones y multiusos en las que se celebran tanto encuentros rápidos (para reuniones de pie en una mesa alta) como las reuniones de Primera u organizativas de más duración (con la disposición convencional) y que pueden utilizarse para entrevistas. Hay una sala para invitados a entrevistas-chat y para videoconferencias. Todas ellas son «zonas abiertas» separadas por paredes de cristal de la zona de la estrella.

4. Espacio abierto. Solo hay dos despachos, el del Director y el del Director del Club INFORMACIÓN, y ambos están abiertos mediante grandes cristaleras de suelo a techo que se abren a la redacción. Las zonas del hall de entrada del periódico, así como las salas de espera y los accesos a las dependencias de la TV se separan de la redacción mediante grandes paredes de cristal para reforzar la sensación de espacio.

5. El estudio de InformaciónTV se situá tras unos grande ventanales oblicuos, para impedir reflejos, al fondo de la redacción, con lo que los informativos y otros programas (como ha pasado con los debates electorales celebrados en las semanas de campaña durante las últimas semanas) se emiten o graban con la estrella como fondo del plano principal.

6. Nueve grandes pantallas colocadas en el techo en torno a la mesa central muestran distintos paneles de estadísticas de audiencias, métricas en tiempo real de la web así como programación de InformaciónTV y otras televisiones, y un carrusel con las páginas web locales y nacionales más importantes.

La disposición permite unos flujos de comunicación más fluidos desde los radios de la estrella, en cuya cabecera están los jefes de cada área, a la mesa central, donde se toman las decisiones, que vuelven a los radios para ser ejecutadas allí. Es la idea nuclear de este planteamiento que nos ayudará en INFORMACIÓN a evolucionar más rápidamente en nuestra transformación digital: una redacción que mira cada segundo al exterior mientras está en permanente diálogo consigo misma.

The Daily Telegraph, la primera redacción en estrella nació en 2006

El centenario periódico británico The Daily Telegraph fue el primero en utilizar la redacción con este diseño allá por 2006. La nueva sede del periódico, piedra angular de su proceso de transformación digital, se asentó sobre los 6.200 metros cuadrados de la oficina diáfana más grande de Londres.

Tras darle muchas vueltas se decidieron por una estructura llamada «hub and spokes» (núcleo y radios), sin despachos, con un núcleo central para los jefes, el gran centro de gravedad, y con las secciones ubicadas en los brazos de la estrella. Una idea que sigue siendo el símbolo de las nuevas redacciones.

Un modelo que domina las redacciones de medio mundo