Nuestra comunidad autónoma cuenta en estos momentos, según el censo del Ministerio de Fomento, con un total de 28.544 autorizaciones de transporte para vehículos pesados (+ de 3,5 toneladas de carga útil) y con 4.070 autorizaciones para vehículos ligeros (-de 3,5 toneladas de carga útil).

De estas cifras totales, a la provincia de Alicante corresponden 7.623 autorizaciones de vehículos pesados de servicio público y 1.389 autorizaciones de vehículos ligeros de servicio público. Es decir que la provincia de Alicante tiene una totalidad de 9.012 vehículos industriales dedicados al transporte de mercancías, lo que traducido a términos porcentuales supone un 27,6% del censo de nuestra Comunidad.

Dicho número de vehículos, en nuestra provincia, están repartidos entre 2.265 empresas transportistas de diferentes tamaños, a las que se deben de añadir las 231 empresas de operadores de transporte (actividades auxiliares y complementarias de transporte). Cifras que, por sí solas, ponen en valor la relevancia directa e indirecta que las empresas de transporte de mercancías por carretera tienen en la provincia de Alicante, y por añadidura en su economía y desarrollo.

Así las cosas, no cabe duda de la importancia trascendental de la que, en general, goza el transporte de mercancías por carretera contribuyendo a nuestro PIB Nacional en el 2,9% y transportando el 94% de las mercancías que se transportan en España. Trascendencia que se apoya en cuatro elementos fundamentales.

El primero de ellos es el referido a su carácter estratégico, que lo convierte en un medio de transporte, dentro de la multimodalidad, que es indispensable en el conjunto de la cadena logística. Ningún otro modo de transporte puede sustituir «el puerta a puerta» que caracteriza al transporte por carretera.

Nuestro país y nuestra provincia necesitan del transporte de mercancías de manera vital. Sin él, a la cadena logística le faltaría un eslabón fundamental, y tanto la importación como la exportación de productos serían imposibles. Productos que deben llegar a sus lugares de distribución y venta, y eso sin «el camión», hoy por hoy, no se puede conseguir. Por eso, al valor estratégico del transporte de mercancías por carretera, desgraciadamente no siempre tenido en cuenta, se le debe de dar el peso específico que tiene.

Un segundo punto, para la trascendencia del transporte por carretera, es el de su contribución al desarrollo económico de nuestra provincia, en la que las toneladas de mercancía que entran y salen, ya sea como productos manufacturados o como materias primas para la fabricación de los mismos, adquieren unos muy altos niveles.

Nuestra provincia, no lo olvidemos, se mueve entre la cuarta y quinta posición del PIB Nacional y a que ese lugar sea una realidad, contribuye de una manera muy activa el transporte por carretera alicantino que actúa como un elemento vertebrador práctico entre importadores y exportadores. Los camiones alicantinos recorren nuestras carreteras y las del resto de España o Europa como el elemento vehicular del desarrollo económico de nuestra provincia y también de nuestro país.

El tercer punto está constituido por su importante aportación a las arcas del estado, vía impuestos, ya sean directos o indirectos. Una partida que, sin duda, constituye unos ingresos muy sustanciosos. No podemos olvidar que los transportistas son los mayores consumidores de gas-oil que, además del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), lleva aparejados los Impuestos Especiales de Hidrocarburos.

En resumen, que la suma de precio del combustible más los impuestos, tienen una honda repercusión en las cuentas de resultados de las empresas de transporte que se convierte en un 40% de los costes de explotación que tienen que soportar. En nuestro país, la fiscalidad del gas-Oil está alrededor de los 38 céntimos/litro a lo que se debe de añadir el 21% de IVA, lo que se traduce en que para los transportistas, del precio de compra del carburante, aproximadamente el 52% lo constituyen impuestos. A nadie puede escapar, aunque se sea ajeno al mundo de la economía, que la presión fiscal que se ejerce en España sobre el transporte de mercancías por carretera alcanza unas proporciones muy considerables.

Un cuarto punto, y con él termino esta breve reflexión, es el referido al aspecto social. El transporte de mercancías por carretera genera en España alrededor de 800.000 puestos de trabajo. Las empresas de transporte, no sólo generan riqueza, sino que también proporcionan empleo, en sus diferentes especialidades y necesidades logísticas, para trabajadores y trabajadoras.

En nuestra provincia, las empresas transportistas, proporcionan trabajo a unas 10.000 personas aproximadamente. Datos con la suficiente relevancia, local y nacional, como valorar lo que significa un sector en el ámbito social. En 2018 se ha observado un incremento en los afiliados a la Seguridad Social que se encontraban en alta a último día del año y en porcentajes bastante similares para los tres ámbitos, del 3,80 % en esta provincia, del 3,64 % en el espacio autonómico. El empleo en el transporte crece.

Termino. Si el transporte de mercancías por carretera crece, la economía crece, el empleo crece y los ingresos para el Estado crecen. Cuidemos ese crecimiento y cuidemos del sector.