La provincia de Alicante ha sufrido, siglo tras siglo, largas sequías; incluso hicieron temer la desaparición de las poblaciones. Al final, siempre ha sido un sueño traer agua del Júcar al Vinalopó.

En el Archivo Histórico hay una carta de mayo de 1420 (hace unos 600 años) del Concejo de la Villa de Elche, destinada a los Jurados de Villena, con el objeto de traer agua del río Júcar. Ya entonces sufríamos sequía.

Si echamos un poco mano a la memoria histórica, uno se acuerda de julio de 1987, cuando es declarado sobreexplotado el acuífero de la Sierra de Crevillente. O que en 1998 dentro del Plan Hidrológico del Júcar se aprueba el Trasvase desde la toma de Cortés de Pallás. Una victoria.

En el 2005 el gobierno de Zapatero y Narbona cambia la toma al Azud de la Marquesa, prometiendo en los medios que se hará rápido y que nos costará más barato el m3 a los regantes. El año pasado regamos gracias a la Generalitat que alivió el precio, pero ahora el Estado quiere que abonemos tres veces más que otros trasvases.

Este año nos niegan el riego, con un trasvase que ha costado 400 millones de euros, que incumple su finalidad y a un precio que actualmente no podemos asumir. ¿Qué hacemos? ¿Esperar otros 600 años para regar?