Todavía después de casi 3 décadas en el hospital y más de 70 años de la figura de farmacéutico de hospital, me preguntan en qué trabajo en el hospital, que si existe una farmacia en el hospital. Lo voy a intentar explicar en las siguientes palabras:

El farmacéutico de hospital en el seno del Servicio de Farmacia tiene como misión colaborar junto a otros profesionales en el cuidado del paciente, mediante el uso eficiente y seguro de los medicamentos. Entre sus funciones está la selección de los medicamentos que se utilizarán en el hospital, atendiendo a criterios de eficacia, seguridad y coste, la adquisición a los laboratorios fabricantes y el correcto almacenamiento de los mismos hasta su utilización.

El farmacéutico de hospital es el responsable de la preparación y dispensación de medicamentos para cada paciente, tanto ingresado, como ambulatorio. Además asesoran y colaboran con otros profesionales sanitarios en la correcta utilización para maximizar los resultados en salud en los pacientes. Se revisan, indicaciones, interacciones, dosis, forma de administración, seguimiento de los tratamientos, posibles reacciones adversas, etcétera.

También tiene entre sus funciones el seguimiento farmacocinético de determinados medicamentos en los que se ajusta la dosificación estrechamente, la preparación y seguimiento de la nutrición artificial, la preparación de medicamentos para el cáncer y para otras patologías crónicas, la dispensación de medicamentos a pacientes externos, que requieren un seguimiento especial por las propias características del medicamento o del paciente. En definitiva, es un profesional fundamental, sin el que el hospital no podría funcionar.