El ritmo actual de crecimiento urbanístico conlleva un alarmante aumento del consumo de energía y de las emisiones de CO2 y, por tanto, a una aceleración del cambio climático junto con la pérdida de biodiversidad y salubridad de los hábitats del planeta.

Para frenar esta deriva, la UE está promoviendo un modelo de desarrollo sostenible, cuyo éxito depende en gran medida de las intervenciones en los tejidos urbanos, así como de la manera de construir y rehabilitar los edificios.

Para afrontar estos nuevos retos, la Fundación Caja Mediterráneo y el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante organizaron, en noviembre del año pasado, cuatro mesas sectoriales dentro de las jornadas «Horizonte Mediterráneo Sostenible 2017».

Las jornadas constituyeron un primer paso para afrontar la problemática desde una perspectiva global, ya que a ellas se sumaron representantes de la Generalitat Valenciana, Diputación, Ayuntamiento de Alicante, Universidad de Alicante, junto a otros colegios profesionales, como el de Ingenieros de Caminos, Ingenieros Industriales y Peritos Industriales, o numerosas entidades civiles: Provia, el bufete de abogados Cuatrecasas, Ecologistas en Acción o Alacant en Bici.

En cuanto a Movilidad Sostenible, existió un consenso por diseñar itinerarios más lentos en el interior de las ciudades y por desviar el tráfico rápido a la periferia para peatonalizar, parcial o completamente, algunas partes de la ciudad.

Todas las vías deben respetar los valores patrimoniales y naturales de las ciudades y su diseño debe incluir vegetación, mobiliario, pavimentos, etcétera. Es también importante mejorar las redes de carril-bici, de transporte público, así como fomentar estaciones intermodales.

Se debe incentivar nuevas formas de transporte privado y público, como bicicletas y vehículos eléctricos, para reducir paulatinamente el uso del coche, imponiendo tasas por su uso e promocionando medios no contaminantes.

El tercer debate sobre Urbanismo Sostenible subrayó la importancia de definir modelos de ciudad y planes de acción territoriales que destaquen los valores culturales, convirtiendo a los planes generales en su soporte urbanístico. Se debe priorizar la calidad del espacio público, apostando por la regeneración de los barrios, la activación de solares vacíos y la creación de actividades de atracción en puntos singulares que aporten valor a determinadas zonas.

Estas medidas sólo son posibles concentrando las decisiones en una administración eficiente y transparente. A través de tecnologías big data, la ciudad puede adaptarse instantáneamente a sus problemáticas, con el objeto de proporcionar el bienestar ciudadano.

La última mesa sobre Eficiencia Energética incidió que el diseño arquitectónico y urbanístico debe incorporar criterios de sostenibilidad y de ciclo de vida. Se deben emplear materiales y sistemas innovadores que optimicen el comportamiento térmico de la envolvente, simplifiquen la ejecución en obra y reduzcan el transporte.

En cuanto a las instalaciones, se recomienda el uso de equipos eficientes, así como el autoconsumo cuantificado de energías renovables, generando una microrred de intercambio de energía excedente a lugares cercanos.

También es aconsejable analizar los indicadores de consumo y comportamiento energético para definir estrategias de eficiencia. Por último, es ineludible una mayor concienciación con el fin de mejorar los hábitos de todos los agentes y que además estos puedan tener accesible un sistema nacional de ayudas para convertir el parque construido en edificios de consumo de energía casi nulo.

Desde el CTAA, se persiguen los objetivos que marca las Directrices de la UE para el 2020, siendo consecuentes en la formación continua y especialización de los arquitectos en temas de sostenibilidad, eficiencia energética, y apostando por una construcción de calidad y una reducción del gasto energético en los edificios de nueva planta.

En cuanto a la rehabilitación de viviendas existentes, los arquitectos pueden ayudar a gestionar ciertas subvenciones, como por ejemplo las ayudas en materia de eficiencia energética PAREER II, impulsadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y orientadas a la rehabilitación energética de edificios existentes a partir de 4 líneas de actuación.

En la misma línea, el Ministerio De Fomento impulsa, a través del Plan Estatal de Vivienda 2018-2020, el Programa de Fomento de la Mejora de la Eficiencia Energética y la Sostenibilidad en viviendas, así como el Programa de Fomento de la Regeneración y Renovación Urbana y Rural, para viviendas unifamiliares y edificios de tipología residencia colectiva. A escala autonómica, existe el plan Renhata, orientado a la reforma interior de viviendas.

Como conclusión general, cabe incidir en la necesidad de avanzar en un cambio global de nuestra cultura. Si queremos frenar las consecuencias del cambio climático, se hace preciso que el conjunto de administraciones, corporaciones públicas y privadas, así como en conjunto de la ciudadanía cambiemos nuestros hábitos de vida, adaptando nuestras infraestructuras y edificaciones y generando ciudades sostenibles ambiental y socialmente.