Integrar definitivamente los efectos del cambio climático en la planificación hidrológica es la línea de actuación impulsada por la Generalitat Valenciana que preside Ximo Puig. Una política que trata de combinar las diferentes fuentes disponibles de generación de agua con el objetivo de satisfacer las necesidades hídricas de la Comunitat Valenciana de manera sostenible.

Para ello, el Consell ha apostado por la planificación de una política integradora que incluye la modernización de regadíos, la reutilización de agua depurada, la desalinización, la apuesta por las nuevas tecnologías y la eficiencia energética que, junto con la utilización de los trasvases como complemento de recurso hídrico, van a permitir realizar una planificación hidrológica con soluciones y propuestas sostenibles que integren los indicadores del cambio climático.

Unos indicadores que, a juicio de los responsables de la Generalitat, son esenciales para garantizar este suministro hídrico en el futuro.

Y es que la situación excepcional de sequía meteorológica que atraviesa la Comunitat está motivada por la existencia de temperaturas más altas y una mayor duración de las estaciones cálidas, el efecto acumulado de falta de lluvias y un cambio en el patrón de lluvia. Unos efectos que están influidos y ampliados por el cambio climático.

En palabras del presidente de la Generalitat, en la Comunitat Valenciana «vamos hacia escenarios de estrés hídrico continuados y de escasez de agua, por eso no podemos caer en la irresponsabilidad de gestionar el agua como si fuera un bien ilimitado».

De ahí, la importancia de tener una visión integral de futuro con respecto a la gestión hídrica para asegurar dotaciones de agua en cantidad y calidad suficientes para estar preparados frente a mayores sequías y fenómenos adversos.

Líneas de actuación del gobierno

Con el objetivo de garantizar tanto el suministro de boca como el riego para todos los usuarios, el Consell está realizando actuaciones en cuatro grandes ámbitos: inversiones y ayudas, apoyo a las rentas de los agricultores y fomento de proyectos de investigación en el IVIA.

Además, el Consell también ha puesto en marcha campañas de concienciación sobre el uso y el ahorro del agua.

En el primer bloque de actuaciones destacan las inversiones en modernización de regadíos e infraestructuras agrarias, destinando también ayudas a comunidades de regantes para fomentar la racionalización en el uso del agua y las energías renovables, una línea de ayudas que se ha recuperado después de años sin ser convocada por el anterior Gobierno.

Además, el gobierno presidido por Ximo Puig también ha impulsado las ayudas a la modernización de explotaciones agrarias para la mejora de su viabilidad, la incorporación de nuevas tecnologías, el ahorro de costes y la eficiencia en el uso de los recursos. A ello hay que añadir las ayudas aportadas a la incorporación de jóvenes, en cuyos planes de inversión también se favorece la modernización y ahorro.

Asimismo se han realizado inversiones en infraestructuras hídricas de abastecimiento y encauzamiento para reducir déficits y pérdidas en redes de abastecimiento, y en reutilización de aguas residuales.

No obstante, la política del Consell se tiene que ajustar a lo que dispongan los planes de cuenca y los planes especiales de sequía en las cuencas hidrográficas, cuya elaboración y aprobación corresponde al Estado.

Al respecto, desde el Consell consideran que la gestión de sequías en el futuro requerirá de un planteamiento de más alcance, integral y territorial. Para ello, los responsables deben de tener en cuenta parámetros económicos y sociales, contemplar modelos de desarrollo agrario, residencial y turístico sostenibles; aumentar la eficiencia en el uso del agua y de la energía y proteger los acuíferos y masas de agua naturales, que son garantía de futuro.

Para realizar una correcta planificación, ésta ha de revisarse conforme a escenarios actualizados, de modo que los instrumentos para hacer frente a sequías y altas temperaturas también se adapten e insistan en la gestión de la demanda del agua y no solo en medidas de gestión de la oferta de este recurso.

Apuesta por las energías limpias y renovables en la gestión del agua

Los responsables de la Generalitat Valenciana están apostando por la implementación de las energías limpias y renovables en la gestión del agua, ya que conseguir el abaratamiento de los elevados costes energéticos que representan los bombeos e impulsiones con, por ejemplo, la energía fotovoltaica dará lugar a un modelo de desarrollo mucho más sostenible.

Al respecto, la localidad de Villena cuenta con un innovador sistema de bombeo fotovoltaico para riego instalado en un pozo de esta localidad.

Este sistema puesto en marcha en el municipio alicantino forma parte de un proyecto de I+D+i, denominado MASLOWATEN, que financia la Comisión Europea. Está formado por un consorcio de 12 empresas e instituciones públicas y privadas, entre las que se encuentran empresas tecnológicas e instaladoras, universidades y los clientes potenciales, es decir, las comunidades de regantes.

Esta solución permite un regadío 100% renovable sin emisiones de CO2, reduciendo un 60% el coste energético y hasta un 30% el ahorro en el consumo de agua.