La Universidad Cardenal Herrera CEU de Elche ha puesto en marcha este curso escolar una iniciativa por la que los alumnos deben realizar 15 horas de práctica socioeducativa dentro de la asignatura de Trastornos del desarrollo y Altas Capacidades de Magisterio como formación práctica que les integra en proyectos solidarios y fomenta el voluntariado social. Según explica Nuria Andreu, profesora de Magisterio del CEU, «la idea nació para complementar la formación teórica de nuestros alumnos y, sobre todo, su perspectiva práctica de estas dificultades, aprendiendo a intervenir y tratar a estas personas con dificultades».

Para comenzar esta iniciativa, que contempla la realización de 15 horas prácticas en el primer cuatrimestre y la posibilidad de otras 15 horas voluntarias de ayuda a estos colectivos, la profesora propuso una serie de asociaciones en las que tenían la oportunidad de inscribirse «dejando siempre carta blanca para que los alumnos pudieran escoger otra asociación», explica la profesora. Entre los trabajos que tienen que hacer en estas horas, los alumnos desarrollan una labor de observación, inicialmente, y de ayuda y apoyo a lo que la entidad les pide.

«Por ello, las asignaturas de Observación Sistemática de Contextos, de la profesora Inmaculada Hurtado, y Metodología de la Investigación, de la profesora Alicia Zubiarrain, también se han unido a este proyecto, ya que los alumnos observan diferentes contextos y las dificultades que presentan las personas con estos trastornos, a la vez que tienen que hacer un análisis cualitativo de los diferentes contextos, con recogida de datos, propio de investigaciones cualitativas en el ámbito», explica Nuria Andreu.

Los primeros meses han revelado que la iniciativa de la Universidad Cardenal Herrera CEU de acercar el mundo real a la parte más teórica de la educación ha sido en éxito. «No sólo por el feedback de los diferentes colectivos. Los alumnos están cumpliendo con creces las horas marcadas pues más de la mitad una vez culminada estas horas deciden continuar como voluntarios sociales en las diferentes entidades», apunta la profesora.

La puesta en marcha de este proyecto forma parte de la reestructuración de Magisterio con la que están haciendo propuestas e innovaciones educativas diferentes dentro del grado de Educación Infantil y Primaria. Gracias al éxito conseguido en los primeros meses de esta iniciativa se está analizando la posibilidad de ampliar la propuesta a la Mención de Educación Especial dentro del Grado de Educación Primaria. Los colectivos que han colaborado en la primera etapa de este innovador proyecto han sido ALISAU (Alicante), ADA (Almoradí), Aspanias (Elche), APSA (Alicante), Cáritas Interparroquial -El Salvador (Elche), Artes, Cultura y Ocio (Elche), Integra-T (Elche), Fundación Salud Infantil (Elche), Un abrazo de luz (Elche), Fundación Nazaret (Alicante), Alinur (Alicante), Asociación pro personas con discapacidad (Aspe) y Funredis (Elda). Un amplio abanico de asociaciones que, además, ha favorecido que los alumnos traten y estén en contacto con personas que padecen diferentes trastornos y dificultades del aprendizaje.

Objetivos conseguidos

Entre los objetivos conseguidos por esta nueva iniciativa, Nuria Andreu destaca que los alumnos han conocido en primera persona entidades y los profesionales que trabajan en ellas, aprendiendo la importancia que tiene tratar y responder de una forma adecuada a las necesidades educativas especiales. Además, la profesora también destaca la iniciativa personal y las habilidades sociales desarrolladas por los alumnos para integrarse en diferentes contextos a los que no están preparados. «En estas horas han podido llevar a la práctica todos los conocimientos teóricos estudiados en el aula», enfatiza Nuria Andreu, al tiempo que ensalza «los indudables valores de tolerancia, de adaptación, compañerismo y autoestima que han desarrollado».

El perfil de edad de las personas con las que han estado en contacto los alumnos del CEU es muy variado. «La edad no está limitada a los más pequeños sino al conocimiento teórico práctico de los trastornos del desarrollo y las dificultades de aprendizaje. Por ese motivo se les dio libertad de elección de asociaciones, siendo variadas y comprendidas entre grupos de edad de 0 a la vida adulta», explica la profesora de Magisterio, quien destaca la posibilidad que tienen sus alumnos de integrarse en asociaciones de personas mayores en las que, por ejemplo, sus miembros pueden tener trastornos del desarrollo.

Este es el caso de Alinur, una asociación que atiende sobre todo a personas mayores con discapacidad intelectual, donde «un grupo de alumnas se ha integrado y ha realizado tareas de tiempo y ocio libre, reeducación, alfabetización y de autonomía personal con estas personas», recuerda Nuria Andreu. «Los alumnos aprenden de este modo que una persona que padece un trastorno, independientemente de su edad, es una persona como cualquier otra y tiene las mismas necesidades, ya que tenemos que atender a la individualidad de cada uno.», enfatiza.

Por este preciso motivo, la impulsora de la iniciativa no ha cerrado ni va a cerrar el perfil del colectivo a un tipo o trastorno concreto, permitiendo que los alumnos hayan trabajado hasta el momento con personas con síndrome de down, autismo, trastornos de TDAH , discapacidad intelectual o alumnos con exclusión social, entre otros.