Fernando Fernández, Profesor de Enfermería en la CEU de Elchey coordinador de las jornadas de Cronicidad- Antes de nada. ¿Podría definir lo que es una enfermedad crónica?

Hoy en día podemos entenderlas como las enfermedades con procesos de larga duración y de progresión lenta. Esta es la definición más cercana a lo que dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). En definitiva, son enfermedades que van a durar toda la vida del individuo y que a partir de los seis meses las empezamos a denominar crónicas. Estas enfermedades son, sobre todo, cardiacas, las relacionadas con cáncer, problemas respiratorios o diabetes.

- ¿Ha evolucionado su concepto y definición en las últimas décadas?

Lo que ha pasado es que hasta no hace mucho tiempo muchas enfermedades decíamos que eran incurables y no las incluíamos como crónicas. Esto ha sucedido hasta que hemos medido sus costes económicos y los fallecimientos que generan, algo que ha hecho que nos demos cuenta del coste sobrevenido que tienen en la sociedad.

- El número de personas que sufre una enfermedad crónica ha crecido en los últimos años en España. ¿Existen cifras al respecto?

El Instituto Nacional de Estadística (INE) elabora todos los años un registro. También está el informe Cronos. En la actualidad, hay más de 9 millones de personas que tienen enfermedades crónicas y se estima que la mitad de la población padece una enfermedad crónica, que son, además, las patologías que tienen la prevalencia más alta en el caso de los fallecimientos porque el 75% son causa de muerte. Las enfermedades crónicas pueden afectar a un perfil muy variado de personas, pero lo que sucede es que a partir de los 55 es frecuente que varios procesos se den en una misma persona.

- ¿Cuáles son los motivos que están haciendo crecer el número de enfermedades consideradas crónicas?

Las enfermedades aparecen por tres causas. Unas genéticas o hereditarias, y otras relacionadas con los hábitos de vida o, mejor dicho, lo malos hábitos como son el sedentarismo, el tabaquismo, la mala alimentación y la poca práctica de actividad física. El otro aspecto relevante sería el envejecimiento población. La esperanza de vida ha aumentado y, por tanto, tenemos más procesos crónicos. Además también hay que ver estas enfermedades desde un punto de vista histórico y cronológico, ya que muchas enfermedades que antes no tenían solución ahora, incluso, pueden solucionarse, como los tumores o el sida.

- ¿En qué aspectos habría que incidir para tratar de minimizar la incidencia de la cronicidad?

Desde mi punto de vista en dos aspectos clave: los estilos de vida y la pobreza, algo que tiene que ver con la educación. Si somos capaces de abordar estos aspectos podemos hacer una gran labor, minimizar las causas y tener menor mortalidad. En la actualidad se da el caso de que vivimos más años que nunca pero resulta que porque llevamos un mal estilo de vida llegamos mal y con enfermedades crónicas. Esto se puede cambiar con educación y con medidas que traten de garantizar la calidad de vida. Además, hay que tener muy en cuenta el impacto económico: el 70% del presupuesto sanitario se gasta en cronicidad, por lo que hay que tomar medidas para garantizar la solvencia del sistema.

- ¿Qué iniciativas está impulsando la UCH CEU de Elche en este campo para luchar contra la cronicidad?

Como he comentado antes, el paradigma del cuidado ha cambiado. Un paciente que tiene patología crónica requiere un gran consumo de recursos como son camas, tiempo o dinero. Por ello, a nuestros alumnos les tenemos que preparar para que salgan con una visión holística y transversal. Además, en el CEU hemos lanzado la Escuela de Salud que tiene un enfoque muy comunitario. Trabajamos con escolares, mayores y con familias a lo largo del curso. Los resultados son espectaculares y tenemos verdaderos problemas para poder complacer todas las peticiones de los ayuntamientos que recibimos. Y, además, la participación del alumnado es muy alta porque hace de la práctica teoría. Es muy importante que el alumno vea de primera mano como se comporta el individuo con la comunidad y aportar desde ahí herramientas de promoción de salud y generar una cultura de la salud.

- ¿Cómo ha cambiado la cronicidad la labor de los enfermeros hoy en día?

En mi opinión, los enfermeros deben estar más situados en el paradigma de la salud. Para ello, tienen que trabajar más con la población sana con el fin de minimizar los procesos patológicos y crónicos. En definitiva, ayudar desde la prevención a vivir más años y mejor. Tenemos uno de los mejores sistemas de salud y si no somos capaces de centrarnos en la promoción de la salud no seremos capaces de sostenerlo.

- En diferentes encuentros profesionales se habla de la figura de la enfermera gestora. ¿Podría detallar un poco más este concepto?

Tenemos dos figuras muy importantes hoy en día. La enfermera comunitaria, de Atención Primaria, que es la que está en los centros de salud y se encarga de hacer promoción y prevención del individuo, de la comunidad y de la familia. Pero necesitamos una figura nueva que sirva de eje vertebrador entre lo que está ocurriendo en la comunidad y lo que está sucediendo en el espacio especializado de los hospitales. Esta función la puede ejercer una enfermera gestora de casos que gestiona el plan de cuidado, coordina el trabajo de otros profesionales y participa en la distribución de los recursos asistenciales y sociosanitarios. Es, por tanto, la persona que se hace de referente para los pacientes.

- ¿Existen medidas o proyectos relevantes que se hayan puesto en marcha en España para luchar con la cronicidad de las enfermedades en España? ¿Podría citar alguno?

El primer proyecto apareció de la mano de Rafael Bengoa con el Observatorio Kroniker en el País Vasco. A esto se sumó la Escuela Andaluza de Salud Pública con un plan integral. Posteriormente, el Sistema Nacional de Salud lo adoptó y lo fue ampliando a diferentes comunidades a pesar de que aún hay autonomías que no tienen un plan de este tipo para la cronicidad. En la Comunidad Valenciana se hizo el programa ValCrònic, en el que se llevó un control de la patología crónica y, básicamente, cuatro enfermedades: enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipertensión, insuficiencia cardiaca y diabetes. La Conselleria de Sanidad, como el resto de administraciones, están muy implicadas con la cronicidad y la promoción de la salud. Por ello, aunque no hay recursos suficientes en Atención Primaria, es importante que las administraciones sean sensibles, a través de universidades como el CEU, a realizar iniciativas que permitan y ayuden a empoderar a los ciudadanos a tomar decisiones sobre su salud.