Los hábitos de higiene dental y los alimentos que consumimos son elementos clave para prevenir enfermedades bucales o, por el contrario, contribuir a su desarrollo. Por ejemplo, el consumo de refrescos y bebidas azucaradas incrementan el riesgo de padecer caries, por lo que es recomendable la ingesta de frutas y verduras, así como beber abundante agua, será positivo para la salud bucodental.

Otro de los aspectos que depende directamente de nosotros y que interviene en la salud de la boca es el cepillado de dientes. Según cómo se haga estaremos ayudando a minimizar algunas enfermedades bucodentales. El cepillado de dientes correcto debe tener una duración de dos minutos, sin embargo, la mayoría de personas no emplea tanto tiempo, algo que podríamos comprobar con un cronómetro para darnos cuenta.

El correcto cepillado de diente ee debe realizar con movimientos cortos y suaves, con ángulos de 45º por los bordes de las encías hacia adelante y hacia atrás, por las aristas de los dientes tanto interiores como exteriores, haciendo hincapié en la superficie de masticación. Es importante cepillarse la lengua con el fin de conseguir un aliento más fresco.

En cuanto al cepillo, la mayoría de los odontólogos recomiendan cepillos de cerdas suaves para eliminar de forma eficaz la placa, así como los restos de alimentos. Los cepillos eléctricos realizan muy buen trabajo y son altamente recomendados, y sobre todo recordar que un cepillo se cambia cuando las cerdas se desgastan, normalmente unos tres meses, y por supuesto cambiarlo si ha sufrido algún tipo de infección.

Finalmente no debemos olvidar que es importante cepillarse después de cada comida y emplear hilo dental y colutorio (de uso diario), para mejorar la efectividad del mismo. También debemos prestar atención al tipo de pasta dental que utilicemos, ya que puede prevenir caries, gingivitis, manchas y sensibilidad.