A partir de los 45 años es completamente normal desarrollar presbicia o vista cansada, ya que la vista cansada es uno de los signos de envejecimiento ocular más comunes, junto con el desarrollo de la catarata en décadas posteriores de la vida. Es algo tan normal como la aparición de arrugas en la piel o de canas en el pelo.

El cristalino, la lente natural del ojo que se encuentra detrás del iris, va ajustándose según la distancia a la que se sitúe el objeto que queremos ver. Este es un proceso natural, llamado acomodación. Con la edad el cristalino sufre un proceso de deterioro que implica por un lado la pérdida de elasticidad de su cápsula (elasticidad necesaria para cambiar la curvatura anterior del cristalino y poder enfocar) y por otro lado también se produce la pérdida de contracción de los músculos ciliares, también responsables de este cambio de forma del cristalino necesario para poder realizar el enfoque en cercanía.

Poco a poco empezamos a ver borrosas las letras al leer de cerca, a tener que estirar el brazo y retirarnos los productos para poder leer las etiquetas. La presbicia suele estabilizarse a partir de los 55 años y las dioptrías máximas que suele alcanzar están en torno a tres.

Afortunadamente existen soluciones para la vista cansada más allá de llevar gafas o lentillas, estas últimas por obligación han de ser multifocales, ya que no se pueden poner y quitar cada vez que miramos de cerca y miramos de lejos.

Si desde hace ya 25 años venimos operando con éxito la miopía, hipermetropía o astigmatismo, en los últimos años el turno de los présbitas ha llegado. Dentro de las opciones quirúrgicas hay varias alternativas, bien con técnicas láser (utilizado de forma similar a la corrección de miopía o hipermetropía) o el implante de lentes intraoculares.

A día de hoy, la mejor solución disponible para la compensación de la presbicia es la cirugía para la extracción del cristalino y posterior recambio de éste por una lente multifocal trifocal, que nos va a permitir enfocar en todas las distancias, incluyendo la cada vez más importante distancia intermedia (ordenador, tablet, etc). En general, esta intervención se recomienda en hipermétropes por encima de los 45 años y en miopes por encima de los 50-55 años. En pacientes miopes y présbitas jóvenes, por lo general se sigue recomendando la cirugía láser corneal pero dejando un poco de miopía en uno de los dos ojos para mantener la visión cercana (fenómeno conocido como monovisión), por lo que el paciente queda con una percepción subjetiva de buena visión tanto en cerca como en lejos. Esta situación también se puede reproducir con lentes intraoculares en algunos pacientes donde las lentes multifocales pudieran no estar del todo indicadas.

De la multifocalidad a la acomodación

El equipo de I+D+i de VISSUMestá desarrollando una nueva generación de lentes intraoculares acomodativas, que imitan en parte el proceso de acomodación natural que realiza el cristalino. Este tipo de lentes, todavía en proceso experimental, se diferencian de las multifocales en que funcionan cambiando el foco en vez de estar diseñadas con varios focos para distancias cercanas, intermedias o lejanas.

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