Han pasado cuarenta años desde que la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (FEMPA) iniciase su andadura. Tal día como hoy, un ocho de junio, pero de 1977, se firmó el acta de constitución de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante. Un grupo formado por siete industriales suscribieron un acta que tendría indudables repercusiones y que dio inicio a un movimiento asociativo cuya onda es hoy, cuarenta años después, más expansiva que nunca.

Con el advenimiento de la democracia y la disolución del Sindicato Vertical, siete días antes de las históricas elecciones generales del 15 de junio de 1977 y un año antes de la promulgación de la Constitución española de 1978, se daban los primeros pasos para gestar una entidad cuyo fin primordial era y es la defensa y representación de los intereses de los empresarios del sector metal de la provincia de Alicante.

Los fundadores

Los siete empresarios fundadores fueron: José Llorca Soler, Francisco Gomis Martínez, Mariano Andrés Fuertes, Carlos Luis Vilaplana Jordá, Jorge Blanes Cerdá, Manuel Espinosa Guillén y Angel Gisbert Pérez.

Habría que esperar al día 1 de agosto de ese mismo año para que el acta fundacional fuese inscrita en el Registro del Ministerio de Trabajo y en consecuencia tuviese efectos constitutivos. Nacía así FEMPA. La primera Asamblea General se celebró el día 6 de octubre de 1977 y en la misma se eligió a José Llorca Soler como Presidente y se conformó el primer Comité Ejecutivo de la entidad.

Rápido crecimiento

Una característica fundamental de los primeros tiempos es que creció con rapidez, ya que esta iniciativa surgía como una necesidad trascendental en tiempos de gran incertidumbre. Los fundadores y en especial José Llorca Soler se involucraron personalmente en la búsqueda y contacto con los empresarios para conseguir que fuesen nuevos asociados.

La figura de José Llorca ha sido recordada siempre con mucho cariño. «Un líder nato siempre fiel a la Federación» una frase suscrita por todos aquellos que estuvieron cerca de él en aquellos años. Su idea principal fue consolidar una Federación que agrupase a todos los colectivos del sector metal, un sector caracterizado por su amplitud, potencia y heterogeneidad.

Cuatro décadas al servicio de los empresarios

Que 40 años no son nada, no es una estrofa que se adecúe a la evolución, la transformación y los progresos experimentados por FEMPA durante este tiempo. Tiempo en el que ha podido desarrollar un amplio abanico de servicios especializados, de valor añadido, acometer un sinfín de proyectos e iniciativas y consolidar una estructura de verdadero apoyo a los empresarios del sector, con resultados contrastables en cuanto a la eficiencia y mejora de la competitividad sectorial se refiere.

Probablemente los siete suscriptores del acta constitutiva de FEMPA, tal día como hoy allá por 1977, no podían imaginar que aquel acto de generosidad, valentía, solidaridad empresarial y responsabilidad en suma, seguiría más vivo que nunca 4 décadas después. Coincidiendo con los 40 años de democracia, y con origen en aquella misma época fértil de la Transición española, surgió FEMPA al amparo de la Ley 19/1977 de libertad de sindicación y asociación, precursora de derechos y libertades que un año después se consagrarían en la Constitución española del 78. Nada menos que el artículo 7 de su título preliminar, lo que nos da idea de su importancia, recoge tal cometido solemnemente encomendado a las organizaciones empresariales y sindicatos en el nuevo régimen constitucional. Con ese espíritu, empresarial, libre, renovador, pactista, nació FEMPA. Todo esto ocurría en el mismo tiempo en que comenzaba la vigencia de nuestra carta magna, nuevas reglas del juego que el pueblo español se dio y que tanto han tenido que ver con la época histórica más prolongada de paz y prosperidad de nuestro país.

Los fundadores de FEMPA desencadenaron un proceso cuya energía llega, sin solución de continuidad hasta hoy, con intenso trabajo, compromiso, dinamismo, toma de conciencia, representatividad, reivindicación y cristalización de unos valores empresariales que desde la libertad de empresa, la eficacia, el esfuerzo, independencia de criterio, pero también desde la transparencia y la coherencia, preconizan el importante papel a desempeñar por el empresario en nuestra sociedad a la que transmite sus mejores impulsos de cambio, a la que hace sus mejores aportaciones elevando el nivel de bienestar, riqueza y empleo, con una nítida actuación social, por tanto.

Los frutos y los resultados están ahí y tienen que ser motivo de orgullo para todos los empresarios que a lo largo de estos primeros 40 años de vida de FEMPA han contribuido, desde su primigenia expresión en cuanto entidad pionera del movimiento asociativo empresarial, a forjar una institución relevante, con vocación de servicio y prestigiada en nuestro panorama provincial, autonómico y nacional.

Una institución abierta

Hoy y a lo largo de los próximos meses se celebran los 40 años de FEMPA con varias iniciativas y actos que desprovistos de fasto y boato, harán fiel justicia sin embargo, con imaginación, afecto y cariño al recuerdo de todos los empresarios que hicieron posible la realidad que hoy representa FEMPA y que la siguen apoyando. No se trata sólo de destacar la labor de los presidentes y demás integrantes de los órganos de gobierno (que también), en el largo periplo de la Federación. Los protagonistas indiscutibles son los empresarios, la base, el centro de toda actuación y razón de ser de FEMPA, desde sus comienzos hasta hoy, que han moldeado una institución privada, participativa, colaborativa, abierta e inclusiva.

El estilo y el acervo de FEMPA se han caracterizado por la profesionalidad y el rigor, pero también por la flexibilidad, permeabilidad, por el diálogo social en definitiva, como interlocutor y agente social de primera magnitud desarrollando desde sus inicios la negociación colectiva sectorial junto a los sindicatos más representativos. Son 55.000 los trabajadores que encuentran la regulación de sus condiciones laborales, económicas y sociales en el marco del convenio para la industria, los servicios y las tecnologías del sector metal y en el del convenio del comercio del metal, configurando el mayor colectivo de trabajadores y empresarios en cuanto sector productivo provincial.

El nuevo centro, todo un hito

Pero sin duda, es la realización del proyecto del centro para el empleo y desarrollo tecnológico del sector metal, actual sede de FEMPA, el auténtico hito que marcó un cambio en el devenir de la Federación, permitiendo ofrecer a los empresarios del sector toda una serie de servicios de gran valor, hasta entonces inéditos en nuestro entorno. Fue necesario primero elaborar con la participación de todos, dos planes estratégicos, un plan de viabilidad y de negocio, una exhaustiva programación financiera, para que después, fruto del esfuerzo propio inversor, de las aportaciones de los empresarios y de la mayor dosis posible de ilusión y decidido apoyo por parte de los asociados, pasasen diez intensos años para hacer realidad el proyecto, para que el centro viera la luz.

Fue necesario buscar la mejor ubicación, elegir el mejor proyecto, girar una derrama para la compra de un solar, suscribir préstamos hipotecarios religiosamente atendidos hasta hoy como el resto de obligaciones, y desarrollar una gestión privada, transparente y auditada para que hoy podamos decir que más del 70 % del importe total de la inversión que comportaba la realización del proyecto ha sido ya satisfecha por FEMPA. En la génesis de este proyecto se visualiza a la perfección el modelo de patronal independiente, responsable, participativa y de gestión privada para la generación de recursos con que cumplir sus fines estatutarios al servicio del empresariado, que FEMPA impulsó desde el año 2002 y que tanto sacrificio supuso y supone. La concurrencia competitiva informa toda la actuación y los principios de la Federación, entendiendo que la leal competencia es uno de los pilares básicos sobre los que debe asentarse el funcionamiento de las empresas del sector.

Formación de calidad

Impulsar y potenciar el incremento de las cualificaciones profesionales, una formación de calidad imprescindible en este sector, desarrollar itinerarios formativos, acreditaciones, certificados de profesionalidad, y plantear la compatibilidad y trazabilidad de la formación continua, ocupacional, privada y reglada más completa, como la Escuela de FP de FEMPA, ha sido posible gracias a ello. La participación en proyectos europeos en representación del sector metal para la mejora de la FP nos permitió volcar las mejores experiencias en nuestro propio proyecto.

Pero también el grado de especialización y los resultados alcanzados por el servicio de prevención de riesgos laborales, la implantación de sistemas de calidad y medioambientales, Marcado CE, los proyectos de innovación y desarrollo tecnológico generados para los asociados, las calibraciones y ensayos, el centro demostrativo domótico, los simuladores, la maquinaria y los equipos más avanzados permiten a los trabajadores y empresarios del sector estar en contacto y conocer de primera mano las últimas innovaciones que tanto hacen progresar al sector.

Empleabilidad

La posición proactiva de la agencia de colocación de FEMPA ha posibilitado la inserción laboral efectiva de más de 300 personas en empresas del sector durante el último año. Es uno de los índices que más satisfacción causa, aunque queda mucho camino por recorrer. Es preciso aumentar la incorporación de jóvenes y mujeres a un sector con gran proyección y futuro.

Las reivindicaciones sectoriales para la mejora del sistema de seguridad industrial y la participación directa de FEMPA con propuestas concretas para la resolución de problemas en las mesas técnicas con la Administración, las campañas activas en favor de la profesionalidad que ofrecen los colectivos de FEMPA a consumidores y usuarios, las desplegadas para erradicar el intrusismo, los planes industriales propuestos por FEMPA sobre la base de que es urgente recuperar el tejido industrial perdido durante tantos años de crisis, teniendo en cuenta que la actividad industrial es el núcleo más sólido de la actividad económica, que procura empleos de mayor calidad y más estables. Todo ello configura a uno de los sectores que más contribuyen a un crecimiento sostenible y a consolidar el progreso de la sociedad en su conjunto. Es imprescindible impulsar un gran pacto por la industria y por el empleo. También que las Administraciones diseñen políticas activas de empleo más eficaces siendo receptivas a las necesidades de las empresas puestas de manifiesto.

La Responsabilidad Social Empresarial, ya implícitamente en el acto de suscripción fundacional del 8 de junio de 1977 (aunque entonces no se le llamase de esta manera) está presente en las actuaciones de FEMPA como lo corrobora la intensa y fluida relación en proyectos con entidades como Nazaret, Upapsa, Casa Oberta o Cáritas, entre otras.

Hoy también puede decirse que gracias a la aportación de las empresas, en la línea de sus programas de Responsabilidad Social Empresarial, al fondo de becas de la Fundación Escuela de FP de FEMPA, entidad sin ánimo de lucro y declarada de Utilidad Pública, ningún alumno que quiera aprender una profesión con un alto grado de competencia y que quiera abrirse a un mundo de oportunidades laborales, quede por falta de recursos económicos fuera de los ciclos y programas de la Escuela de FP de FEMPA, que tanto ha innovado metodológicamente y enriquecido los programas oficiales con muchas más competencias y habilidades.

Es casi imposible condensar en unas cuantas líneas lo más relevante de lo acontecido, la esencia de lo vivido, de lo experimentado por FEMPA en estos 40 primeros años de existencia. Obviar por error u omisión a alguno de los protagonistas con nombre propio en la historia de esta casa común de los metalúrgicos alicantinos, resultaría de suma injusticia, por ello desde la dirección de FEMPA invita a acompañarles en sus sencillos actos de los próximos meses para recordar a aquellos protagonistas, a través de exposiciones fotográficas, semblanzas, documentales, etcétera.

Hoy FEMPA trabaja en proyectos para que la industria 4.0 sea una realidad para el sector de la provincia, en proyectos europeos, para que disciplinas como la robótica, la mecatrónica o las nuevas tecnologías y TIC encuentren en su centro su máximo exponente.

Los medios fieles a sus principios constitutivos: ofrecer el mejor servicio a los empresarios. Luis Rodríguez González, secretario general de FEMPA quiere mostrar «nuestra gratitud hacia quienes nos precedieron, hacia quienes han hecho posible FEMPA y ya no están entre nosotros. Mi gratitud personal hacia el magnífico equipo de empresarios que militan en los órganos de gobierno de esta casa y velan responsablemente por su continuidad y mejora y por el extraordinario equipo de profesionales que componen la plantilla de esta casa. También a nuestros profesores comprometidos con la excelencia del claustro. A todos ellos tengo la suerte de tener por compañeros. Gracias a todos».

Volcados, desde el principio, en la negociación de los convenios colectivos

Desde los inicios de la entidad, la negociación de los convenios colectivos concitó la mayor parte de los esfuerzos y funciones de FEMPA. La magnitud de los intereses en presencia, con las ramas tradicionalmente más poderosas de los sindicatos más representativos UGT y CCOO, supuso que la patronal del sector del Metal de la provincia tuviese que articularse desde el principio, reuniendo a los empresarios más significativos y con más carisma y organizarse para contener las reivindicaciones sindicales de unos tiempos convulsos en los que el diálogo social se estrenaba. La mesa de negociación siempre fue en el convenio del metal dura, con sesiones maratonianas que se prolongaban durante meses y años, salpicada de conflictos, cuando no las habituales huelgas. La Negociación Colectiva del Sector del Metal, es en nuestra provincia el convenio, por antonomasia.

Con el discurrir de los tiempos la negociación del convenio del metal se ha ido profesionalizando cada vez más, convirtiéndose las sesiones de negociación en reuniones con un alto componente técnico donde se contrastan y argumentan propuestas de redacción que aunque encontradas, terminan por encontrar una vía de consenso incorporándose al texto del convenio, que se ha revelado como una excelente herramienta de paz social y estabilidad para un sector industrial clave en nuestra economía.

Un sector amplio y heterogéneo

El sector del Metal viene definido por el ámbito funcional de aplicación del convenio colectivo de la lndustria, los Servicios y las Tecnologías del Sector Metal, abarcando más de 170 epígrafes de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAEs) y más de 240 epígrafes del Impuesto de la Actividades Económicas. Engloba desde la siderurgia, metalurgia, transformados y manufacturas, automoción y componentes, industria del juguete, fundición; equipos, componentes y aplicaciones informáticas; cerrajería, forja y carpintería metálica; componentes de energías renovables, robótica, domótica, automatismos y su programación, material ferroviario, tendidos de líneas de conducción de energía, ascensores; matricería; estructuras metálicas y ferralla; fabricación de luminarias; infraestructuras tecnológicas; fabricación de maquinaria y equipo mecánico, etcétera, sin olvidar, servicios tales como instalaciones eléctricas, telecomunicaciones, fontanería, protección contra incendios, gas o climatización, o talleres de reparación de vehículos, etc..

En cuanto al ámbito Funcional del Convenio Colectivo del Comercio del Metal, aglutina a aquellas empresas cuya actividad, consista en la venta al detalle o al por mayor de artículos, en cuya composición intervengan de modo principal elementos metálicos o derivados, tales como joyería, electrodomésticos, ferretería, juguetes, vehículos automóviles, maquinaria para la industria, instrumentos musicales, equipos eléctricos, etcétera.

El sector Metal representa un 18% del PIB y supone un 23% del empleo industrial provincial.

Las empresas del sector metal de la provincia de Alicante son mayoritariamente Pymes y entre ellas, prevalecen las microempresas. Casi el 90% de las empresas del sector tienen menos de 50 empleados.

Un centro de referencia sectorial

En los 40 años de FEMPA resulta obligada la mención al proyecto más emblemático puesto en marcha por la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante: la construcción del centro en el que actualmente se halla su sede principal. Unas instalaciones con más de 4.000 metros cuadrados destinados a mejorar la competitividad de las empresas del metal fomentando la cualificación de los trabajadores y empresarios y apostando por el desarrollo tecnológico y por la innovación del sector metal.

El período histórico desde su concepción y aprobación hasta su inauguración, abarca el decenio 1999-2009. Fueron necesarios diez años para lograr que el centro fuese una realidad. Diez años en los que se abordó rigurosamente la planificación de su viabilidad, ubicación, ejecución y sostenimiento. Una vez presentados una pluralidad de proyectos y presupuestos, se procedió a su selección mediante procedimiento aprobado y la decisión final fue adoptada unánimemente por la Asamblea General.

Un centro de auténtica referencia sectorial que no podría haberse hecho realidad sin la convicción, el apoyo y la generosa aportación de los empresarios asociados que supieron apostar estratégicamente por el futuro del sector.

El edificio está situado en el eje de futuro desarrollo Elche-Alicante, próximo al Aeropuerto de Alicante-Elche y la Institutción Ferial Alicantina (IFA), con buenas vías de comunicación y un diseño arquitectónico de vanguardia, obra del reconocido arquitecto alicantino Javier García Solera. El centro transmite los objetivos de modernidad, polivalencia, adaptabilidad y universalidad. Para ello fue necesario aunar el diseño y la confortabilidad para acoger la sede de la federación y la funcionalidad y eficiencia de las naves de formación y centro de innovación, laboratorios, aulas informáticas, etcétera, dirigidas a las diferentes actividades que desarrolla el sector metal.

El metal, como no podía ser de otra forma, es el verdadero protagonista del estudiado diseño en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, combinando la perfección la originalidad, estética y funcionalidad. Es la casa del metal, pero no solo por su aspecto exterior o por ser el centro de FEMPA, sino porque además en su construcción se reivindica el metal como material constructivo de primer orden.

Actualmente, más de 9.000 personas pasan cada año por sus aulas y dependencias. Es un centro reconocido en toda España.