Cuatro destinos para vivir en esta Semana Santa. Llegan días de tiempo libre en los que se buscan nuevas experiencias, conocer lugares, monumentos, gentes, sabores y sensaciones. La Comunidad Valenciana cuenta con verdaderos tesoros en historia, arte, gastronomía, tradiciones, parajes naturales, cultura... todo un mundo esperando a ser descubierto.

Dénia, natural combinación de historia y gastronomía

Dénia, natural combinación de historia y gastronomíaDesarrollada a los pies de un castillo que es su seña de identidad, Dénia está situada entre dos parques naturales, el Montgó y el Marjal de Pego, y la reserva marina del Cabo de San Antonio, una ciudad que conserva el legado de los pueblos y culturas que acogió en sus más de 2.000 años de historia. Capital de una comarca que alberga tres parques naturales, una reserva marina, seis Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), y micro-reservas de flora.

Su puerto, en el que encontramos un amplio espacio de pesca tradicional, cuenta con lonja automatizada y mercado de pescado fresco. Se caracteriza por una intensa actividad comercial de transporte de viajeros y mercancías con las cercanas Islas Baleares, siendo también destino de numerosas embarcaciones deportivas y de recreo que se benefician de sus instalaciones y servicios de alto nivel.

La industria gastronómica y la producción alimentaria son fuente principal de riqueza y empleo, siendo numerosas las personas que durante todo el año visitan este enclave buscando la calidad de sus productos, la excelencia de su cocina y el buen hacer de sus abundantes restaurantes.

Gastronomía

Dénia y la Marina Alta son uno de los máximos referentes de la dieta mediterránea y su reconocimiento como Ciudad Creativa de la Gastronomía por parte de la Unesco sitúa la región como faro de la gastronomía del Mediterráneo Occidental.

La ciudad conserva el legado dejado por los pueblos y culturas que en ella dejaron huella. Los fenicios introdujeron la vid y la elaboración del vino, la pasa de La Marina se exportó desde el siglo XV a toda Europa y desde el XIX a América. De Dianium, su nombre en época romana, han llegado a nuestros días las almadrabas y los métodos de conservación de alimentos, prueba de su tradición de salazones. De la Daniya musulmana se deben numerosos platos y métodos culinarios, procedimientos de cultivo y un amplio patrimonio agrario.

Es en el siglo XVIII cuando se impone el arroz, convirtiéndose desde entonces en pieza clave de la dieta de sus gentes los arroces caldosos y melosos con verduras y hortalizas. En la actualidad, entre la gran variedad de arroces secos destaca el arroz a banda (con caldo de pescado), un plato que ya era conocido a principios del siglo XX.

Sus conocidas cocas de trigo están documentas en 1627, elaborándose siguiendo la tradición con salazones a los que, desde mediados del siglo XVIII, se añadieron los tomates y pimientos llegados de América.

Lugar de peregrinación para los amantes de la buena mesa, entre el amplio repertorio de platos que se pueden degustar, destacan el atún, la melva o el pulpo seco, en aceite de oliva o en guisos. Del mar, el erizo y la gamba roja, comido crudo el primero y elaborada a la manera local la segunda: hervida en agua de mar o a la plancha.

Famosa por su sabor, la gamba roja de Dénia (decápodo de color rosado, cuerpo alargado y comprimido lateralmente, caparazón poco consistente y antenas largas) es en uno de los productos más exclusivos de la Comunidad Valenciana y todo el Mediterráneo.

Una cultura que forma parte del día a día de las gentes de todos los pueblos de la región que la viven como un elemento esencial de sus fiestas y celebraciones que tienen por escenario la calle en hornillos y leña para la cocción de arroces o la preparación de guisos populares, como la Llandeta de peix.

Los Borja, una familia de leyenda

Los Borja, una familia de leyendaUn emocionante paseo que recorre el esplendor de la saga valenciana más universal y poderosa de Europa en los siglos XV y XVI, visitando y disfrutando de un impresionante espectáculo de arte, paisaje, historia y cultura

Una ruta única y apasionante que recorre el esplendor de la familia valenciana más universal y poderosa de Europa en los siglos XV y XVI. Un linaje poderoso que intervino en todas las esferas, llegando a ser nobles, príncipes, mecenas, consejeros de reyes, papas y santos, siempre rodeados de ambición, intrigas, leyendas y misterio. Su tiempo es el del Renacimiento, del gran arte y la cultura humanista, la era de los descubrimientos. Los Borja se avanzaron a la modernidad, moderna era su idea del poder y como ejercerlo.

Una familia universal

En la ciudad de Valencia, la ruta de los Borja se muestra exuberante en la iglesia de San Nicolás con suntuosas pinturas, la Capilla Sixtina valenciana. En la Catedral, los Papa Borja construyeron la majestuosa capilla de San Pedro y encargaron los exquisitos frescos renacentistas de los ángeles músicos. En la capilla dedicada a San Francisco de Borja se pueden admirar dos lienzos de Goya. Su huella pasa también por el Palacio de les Corts Valencianes, residencia de la familia, y por la Universidad.

Xàtiva y Canals son la cuna de los Borja. En Canals, se conserva la Torre de los Borja, lugar donde nació en 1378 el Papa Calixto III. Justo enfrente se sitúa el Oratorio que formaba parte del conjunto palaciego. En una bella plaza de Xàtiva se conserva la casa natalicia de Rodrigo de Borja. El patrimonio artístico se exhibe también en la Colegiata, las iglesias de San Francisco y de San Pedro, donde fue bautizado Alejandro VI, el Museo de Bellas Artes, el Palau, el convento de Santa Clara, la ermita de Santa Ana y el inexpugnable castillo.

En Gandía, el Palacio Ducal es un admirable complejo de arquitectura y el monumento borgiano más distinguido. Aquí nacieron la mayoría de los Duques Borja y sus descendientes, entre ellos San Francisco de Borja en 1510. Destaca el Salón de Coronas, el Oratorio del Santo y la Galería Dorada. En Gandía la marca de los Borja se impone en la Colegiata, el convento de Santa Clara o la Universidad.

En Albaida se estableció el sobrino de Luis Juan de Milá y Borja, que empezó a levantar un palacio forti?cado que se alza orgulloso en el centro de la villa. Otro destacado es el palacio de los Sanz, situado en el pueblo de Vallés. Monumentos, patrimonio, rica gastronomía y bellos paisajes como el entorno de Castelló de Rugat donde se conservan los restos del Palacio Ducal.

Llombai fue una baronía adquirida por el cardenal Rodrigo de Borja para su hijo Pedro Luis. Aquí se puede contemplar la Iglesia de la Santa Cruz, integrada en el convento de los dominicos. Celebran una recreación histórica, el Mercado de los Borja.

La ruta nos lleva también a dos monasterios, auténticas catedrales rurales del arte y del recogimiento, como son el de San Jerónimo de Cotalba en Alfauir y el de Santa Maria de Simat de la Valldigna.

Puente entre dos mundos

Puente entre dos mundosPuente entre dos mundos durante siglos, la Ruta de la Seda fue una red de rutas comerciales organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo II a.C. que se afianzó en el siglo XV en los reinos hispánicos y el Mediterráneo occidental, convirtiéndose en un camino por el que circulaban tanto personas como ideas y conocimientos.

La ciudad de València ya era en época de Al-Ándalus célebre por sus sederías y en tiempos de Fernando el Católico su liderazgo era indiscutible. Numerosos vestigios muestran la importancia de esta industria que desde el siglo XIV al XVIII fue la más potente de la ciudad, llegando a contar con más de tres mil telares.

Obra maestra del gótico civil mediterráneo, la Lonja de los Mercaderes o de la Seda (1482 y 1548), Patrimonio de la Humanidad, está situada en pleno centro histórico, donde todavía perdura el Barri de Velluters (terciopelo) donde se asentaron los maestros sederos y el Colegio del Arte Mayor de la Seda que surgió como sede del gremio con el objetivo de racionalizar y dirigir su enseñanza y oficio. El colegio, de gran prestigio, siempre mereció confianza de reyes, nobles y ministros convirtiéndose en un exigente velador de la calidad de las sedas valencianas. Se trata de un edificio del siglo XV, recientemente restaurado, en el que disfrutar de los frescos, murales, mosaicos y las 7.000 baldosas artesanales que engalanan el suelo de esta maravilla arquitectónica.

En algunos pueblos aún perdura esta fabricación de seda elaborada con telares. La Casa-Museo de Requena, situada en un auténtico adarve musulmán o callejón sin salida del Barrio de La Villa, que muestra la importancia de la seda en esta localidad desde el siglo XVII, con su auge en el XVIII y su decadencia en la segunda mitad del XIX. Esta casa en 1740 se convirtió en la Sede del Gremio de Tejedores de Seda, en su fachada se ve el retablo de San Jerónimo, patrón de los comerciantes y sederos, y el azulejo donde se lee: «Casa del Arte Mayor de la Seda de esta ciudad». El museo está decorado con muebles y elementos del siglo XIX, destacando un telar, que perteneció a la última fábrica de sedas, ruecas, lanzaderas, peines, devanadoras e hilos.

También se puede visitar la antigua fábrica Garín y futuro Museo de la seda de Moncada con una colección de más de 3.000 piezas que incluyen maquinaria del siglo XIX, herramientas, bibliografía, cartas, dibujos, cartones o espolines.

En busca del Santo Grial

En busca del Santo GrialLa tradición del Santo Grial de la última Cena de Jesús, la reliquia más importante conocida, ha sido protagonista de Las Cruzadas, del secreto de los Templarios y ha inspirado leyendas como la del Rey Arturo o Parsifal. El cine, la literatura, la música o la pintura han recogido la leyenda de esta copa que inició su viaje en Jerusalén, fue venerada en la Roma del siglo III, hasta que, asediada por la persecución de los cristianos, fue trasladada por orden de San Lorenzo a la península ibérica, a tierras aragonesas, hasta culminar su recorrido en la Catedral de Valencia, de la mano de Alfonso V, el Magnánimo, en el año 1432.

Territorio Grial

El mapa que conforma el Territorio Grial es un conjunto de interesantes enclaves patrimoniales próximos a Valencia que enlazan con la Ruta proveniente de Aragón. Desde Barracas, Castellón, a Valencia encontramos un territorio que discurre entre dos Parques Naturales (Sierra de Espadán y Sierra de la Calderona), donde practicar turismo activo y entrar en contacto con el agua a través de ríos, saltos de agua, cañones y embalses. Visitar conjuntos monumentales declarados BIC como el de Jérica, la riqueza monumental y pictórica de Segorbe, el impresionante pasado romano de Sagunto, la belleza espiritual del monasterio de El Puig, o la magní?ca «Catedral de la Horta Nord», en Massamagrell.

Una ruta para disfrutar de la gastronomía y los productos agroalimentarios de calidad, así como disfrutar y sentir el placer de aguas termales, deleitarse del paisaje de alcornocales, de olivos, caquis.

Se pueden visitar: los Jardines del Real; lugar donde llegó por primera vez el Grial a Valencia; el Museo San Pío V, segunda pinacoteca de España que cuenta con cuadros de Juan de Juanes inspirados en el Grial; la Iglesia y Palacio del Temple, la glesia de San Juan del Hospital, Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén; la Plaza de la Virgen, corazón histórico de la ciudad; la Iglesia de San Nicolás conocida como la «Capilla Sixtina» de Valencia; el Museo de la Catedral de València que alberga los tesoros de la Corona de Aragón y la Capilla del Santo Grial.