Un ciudadano ovetense de origen cubano, cuya identidad se corresponde con las iniciales M. Á. G. M., se sentará próximamente en el banquillo como presunto autor de un delito de abusos sexuales, por el que la Fiscalía pide cinco años de prisión. La víctima fue una niña de nueve años, hija de una amiga, a la que abrazó y metió mano bajo la ropa en el interior de una furgoneta en diciembre de 2016.

Según el escrito del ministerio público, los hechos sucedieron el 16 del citado mes, sobre las siete y media de la tarde. El acusado estaba en una cafetería de la calle Joaquín Blume, de Oviedo, acompañado de dos amigas y los tres hijos menores de una de ellas, incluida la víctima. El hombre propuso a la menor que le acompañara a su furgoneta, donde tenía una pulsera que le quería regalar.

Cuando caminaban por la rampa de bajada del garaje donde estaba el vehículo, el acusado abrazó a la menor y le metió la mano por debajo de sus ropas hasta tocarle el pecho. La niña reaccionó apartándole el brazo, pero continuó junto al hombre. Una vez en la furgoneta, a la que la menor accedió por la puerta del conductor, porque la del copiloto no podía abrirse al estar pegada a la pared del garaje, el acusado sujetó con sus manos las mejillas de la niña para besarla. La víctima apartó la cara, pero el hombre siguió adelante, volviendo a meterle las manos debajo de la ropa. La niña siguió resistiéndose, pero el hombre no cejaba de intentar besarla, al tiempo que le decía: "No seas mala, dame un beso".

Finalmente, el hombre la dejó marcharse de la furgoneta. La menor regresó a la carrera a la cafetería. La madre se dio cuenta de que había pasado algo, ya que estaba despeinada y en actitud rara. De vuelta a casa, la menor confesó lo ocurrido. El caso es que el acusado y la niña se conocían desde hacía tan solo 20 días. Ese primer día, el hombre aparentó ir a darle un beso en la mejilla, pero movió la cara y la besó en los labios. Y días después también la llevó al garaje a enseñarle su furgoneta e intentó besarla, sin éxito. Aparte de la pena de prisión, la Fiscalía pide que el acusado no se acerque a la víctima durante ocho años y el pago de una indemnización de mil euros por el daño moral sufrido.