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Elecciones 2.0

Los partidos afrontan la repetición de las generales con el reto de activar a sus fieles y evitar la abstención

Segunda vuelta de las elecciones generales. Aunque llevan un año de campaña, los partidos políticos afrontan una carrera hacia las urnas que arranca oficialmente en la madrugada del próximo jueves al viernes con la mirada en el 26-J26-J. Tienen por delante el reto de sacar del letargo a sus propias tropas, muy desactivadas después de tres duras campañas en apenas doce meses. Y, especialmente, de revertir una sensación de cansancio después del fiasco de las negociaciones para formar gobierno tras las elecciones de diciembre para evitar así una abstención que puede convertirse en la protagonista de unos comicios que en la provincia de Alicante, en uno de los meses festivos por excelencia con las Fogueres de Sant Joan, se presentan, como mínimo, con un toque diferente a anteriores citas con las urnas. Al margen de los mensajes de unos y otros, lo cierto es que el resultado de los comicios dejará sobre la mesa síntomas de la salud de cada uno de los partidos y, desde luego, marcará su futuro hasta las locales y autonómicas de 2019.

Partido Popular

Sólo le vale un resultado al PP en la provincia y en la Comunidad: repetir como primera fuerza, algo que viene ocurriendo de forma ininterrumpida desde principios de los 90. Los populares, con los datos que tienen en la mano, están convencidos de que van a volver a ser los más votados, como ya ocurrió en diciembre. Están seguros, incluso, de crecer un poco amparados en la posibilidad de ir desinflando el globo de Ciudadanos y de recuperar a votantes que se quedaron en la abstención. Un buen resultado tranquilizaría a la tropa popular de cara al congreso extraordinario que debe confirmar el liderazgo de Isabel Bonig y empezar a sacar al partido del atolladero en el que está sumido desde las elecciones autonómicas. Entonces perdió la mitad de los votos y la mayor parte de su poder institucional. Hay dos obstáculos que pueden minar el camino del PP en la Comunidad: las investigaciones por corrupción que han surgido desde diciembre como la «Operación Taula»; y nuevas revelaciones que puedan aparecer sobre los gastos autorizados durante años por Gerardo Camps, número cuatro de la lista popular de Alicante, durante su etapa como conseller.

Compromís-Podemos

La coalición liderada por Compromís junto a Podemos ya tomó el mando de la izquierda en diciembre. Ejecutó con claridad el «sorpasso» a los socialistas en la Comunidad y en la provincia. Y ahora, sumando además a EU bajo la marca «A la valenciana», se ha fijado el objetivo de disputarle la victoria al PP. Para ello confían en cosechar más de 800.000 votos, lo que les colocaría en un escenario casi de empate técnico con los populares. Las encuestas ya les colocan como primera fuerza en Valencia con cierto margen. Y en Castellón les podrían conceder un segundo diputado. Así que, en estos momentos, la clave del resultado electoral de toda la Comunidad está en la provincia, donde optan a un cuarto escaño. De hecho, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, en uno de los cuatro actos conjuntos que compartirán en toda España, acompañarán a Mónica Oltra en una convocatoria multitudinaria en Alicante el 17 de junio, en vísperas de los días de grandes de las Hogueras. La operación política de Oltra al mando de Compromís tiene un enorme calado a medio plazo: convertirse en la cabeza visible de un gran espacio político de izquierdas y de corte valencianista para intentar acceder a la presidencia de la Generalitat en 2019. Nada más... y nada menos.

PSPV-PSOE

Resistir. Sólo con eso se conforman los socialistas valencianos que en diciembre ya quedaron relegados a la tercera fuerza con menos del 20% de los votos, algo impensable hace un lustro, frente al empuje de Compromís-Podemos y al liderazgo mediático de Oltra. Un dato negativo, como el que vaticinan las encuestas en toda España, abriría en canal el PSOE y le llevaría a una guerra interna que salpicaría a toda la organización. Un resultado electoral aceptable colocaría a Ximo Puig en una mejor posición en el proceso de renovación de la dirección socialista y además, quizá, frenaría, al menos en parte, el efecto que ese todo escenario en las urnas podría generar a la hora de debilitar la figura de Puig en el Consell. Mónica Oltra ya advirtió el viernes en su habitual comparecencia semanal que, pasadas las elecciones, habrá que revisar el «Pacto del Botánico». Todo un aviso a navegantes.

Ciudadanos

Estas elecciones, aunque no lo pueda parecer por los intentos de Albert Rivera para formar gobierno con Pedro Sánchez, son vitales para el proyecto político de Ciudadanos: se juegan su supervivencia. En las filas de la formación naranja hay preocupación por un dato que arrojan los sondeos que manejan: son el partido que tienen una menor fidelidad de los votantes que cosecharon en diciembre. Apenas un 30% de los que confiaron en C's hace seis meses están seguros de que lo volverán a hacer. Eso significa que el votante de Albert Rivera es volátil y decidirá durante la campaña electoral. Es un arma de doble filo. Con un resultado similar o mejor al del 20-D, Ciudadanos se consolidaría como alternativa. De lo contrario, el PP los acabará fagocitando. El tiempo dirá.

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